El vicesecretario general del anti-PP

La Nación

Blanco augura un 2009 “lleno de dificultades, sobre todo para el PP

11/01/2009 12:19h

El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, auguró que el 2009 “va a ser un año lleno de dificultades, sobre todo para el PP, que va a perder en Galicia, bajará en Euskadi, y va a perder en las elecciones europeas”.

Durante su intervención hoy en un mitin celebrado en Alicante, José Blanco consideró que ante las dificultades existentes en la actualidad, “hay dos maneras de tomarse” la situación: “con responsabilidad -como hace el Gobierno del PSOE, según dijo-, o escondiéndose bajo el ala de la gaviota (del PP)”.

Al respecto, Blanco apostó por “trabajar para salir cuanto antes de esta situación, sin escatimar en recursos públicos”, algo que le hubiera gustado “hacer con el concurso y la participación de todos los partidos políticos”. No obstante, “eso no se ha podido conseguir porque hay quien pretende conseguir un rédito político” con esta situación, comentó.

Jumar Santo 11/01/2009 20:55h

Blanco es el vicesecretario general no del PSOE sino del anti-PP. A esa política anti-PP dedica su labor profesional (la política propaganda, la única que conoce y entiende, la que aprendió desde pequeñito en los manuales internos del PSOE) y no se cansa el tío. Que aguante el suyo y el nuestro.

La política como propaganda ha sido la práctica profesional del PSOE, de regreso al poder, con los consiguientes efectos de depreciación del discurso y de constricción del espacio público. Esta radicalización inducida –y que pretende arrastrar consigo al adversario, como de hecho sucedió en la pasada legislatura– no es un juego inocuo, y por supuesto resulta lo más opuesto a la cultura política de 1978, que muchos parecen empeñados en enterrar. El PSOE con Blanco en la sala de máquinas no ha cambiado de “talante” ni parece saber hacer otra cosa. La actitud sistemática del PSOE y del Gobierno de Zapatero fue en la pasada legislatura y sigue siéndola en la actual hacer oposición de la oposición, como una estrategia decidida y una forma más de eludir, descargándolo sobre otros, el principio de responsabilidad política de los gobernantes, que rige en toda sociedad civil.

No se trata de dramatizar, pero a nadie se le oculta que el discurso de la propaganda es un discurso que implica un desprecio de la sociedad civil, que prescinde de sus capacidades para el debate público, y que erosiona la confianza de la población en las instituciones democráticas. Demagogia, creación de estereotipos, tópicos, mensajes excesivamente simples, por perfumados que estén con refinadas técnicas de marketing político: la política se ha alejado de las preocupaciones de los ciudadanos –de la búsqueda de soluciones a sus problemas reales–, afanándose en su exclusiva fortuna electoral y con el único objetivo de conservar el poder.