tag:blogger.com,1999:blog-16473091961967227412024-03-13T03:47:59.238+01:00Logos PolitikosPolítica e ideas. Cuadernos de Jumar SantoJuan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.comBlogger225125tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-75834140716018251102020-04-21T17:53:00.000+02:002020-04-21T17:53:58.612+02:00El poder de la resiliencia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-ft6tua8XUvQ/Xp8V5lyx5wI/AAAAAAAAHo4/gef3X3h5eiQ-ViNS8K2Exq7a_-WXVL1cwCLcBGAsYHQ/s1600/Captura%2Bde%2Bpantalla%2B2020-04-21%2Ba%2Blas%2B17.48.02.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="812" data-original-width="906" height="286" src="https://1.bp.blogspot.com/-ft6tua8XUvQ/Xp8V5lyx5wI/AAAAAAAAHo4/gef3X3h5eiQ-ViNS8K2Exq7a_-WXVL1cwCLcBGAsYHQ/s320/Captura%2Bde%2Bpantalla%2B2020-04-21%2Ba%2Blas%2B17.48.02.png" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">La resiliencia no sólo es la capacidad de resistir y recuperarse de un acontecimiento o proceso adverso. No es un concepto puramente estratégico que mire a restablecer el equilibrio, previendo los riesgos y anticipando desde la experiencia vivida las respuestas a situaciones de vulnerabilidad o cualquier tipo de desastre. Lo que importa realmente no es hacer frente a la adversidad, ni siquiera superarla, sino la transformación positiva del propio sujeto, sistema o sociedad ante el infortunio, rehacerse verdaderamente. La resiliencia exige un cambio de mirada para acoger y hacer propia la desdicha de otros. Hemos de impregnar la política de la virtud de la compasión. La ‘política de la compasión’ difiere de la política meritocrática y distingue con claridad el mundo de la representación y el de la acción. El sufrimiento nunca es virtual, aunque se contemple en la distancia o la pantalla, y a diferencia de la lástima la compasión siempre es práctica, se implica para actuar sobre determinadas realidades, apela a gobiernos y ciudadanos, y debe movilizar a la opinión pública en ese compromiso de participación. La preocupación resiliente por el presente es el modo afectivo/efectivo de crear el futuro que se nos escapa. La resiliencia, lejos de consagrar estructuras o equilibrios del pasado, invita a ‘reconstruir mejor’.</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">La crisis del COVID-19 ha sido un acontecimiento inesperado que nos afronta brutalmente a ello. Europa y Estados Unidos se han convertido en poco tiempo en epicentro de la pandemia y del desastre ocasionado por el virus. Incredulidad, miedo social y pánico económico ante el colapso inminente, cuando se creía superada la crisis de 2008: el regreso a la realidad ha sorprendido a algunos gobiernos, que no supieron adoptar medidas preventivas a tiempo y han mostrado su ineficacia en plena gestión de la emergencia. En su declaración de guerra al enemigo invisible los hiperlíderes no han resistido a la tentación de la propaganda y la unilateralidad, buscando el cierre de filas en torno a ellos. Pero la fuerza de los hechos ha permitido a la opinión pública celebrar el retorno del conocimiento cualificado frente a la posverdad fútil. Y en la experiencia vivida, hacerse cargo de la realidad de tantas personas de otros continentes que sufren confinamientos, cierre de fronteras, falta de recursos sanitarios y viven en la incertidumbre o conviviendo con la muerte indiscriminada de manera habitual. El virus invisible ha hecho ver realidades invisibles.</span></div>
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<span style="color: #444444;">El virus nos encierra, pero a diferencia de la antigua peste esta distancia social ha sido capaz de crear un nuevo sentimiento colectivo de comunidad y fraternidad. Nadie se salva si se salva solo. La resiliencia social se ha manifestado más fuerte que la política, emplazada por su parte a situar responsablemente la vida de los individuos por delante de la economía sin convertir el escudo social en argumento de lucha ideológica. Los políticos están siendo poco sensibles al dolor de quienes no pueden acompañar en la muerte a sus mayores ni despedirse de ellos. Las democracias han de aprender a llorar mejor. La crisis del COVID-19 deja a las democracias en una encrucijada donde su propia lectura de la resiliencia será decisiva. La primera elección supone una visión corta de la resiliencia, ligada a las ideas de resistencia y refuerzo de la vigilancia para adelantarse a la adversidad, vencerla y preservar a la sociedad y el Estado, una concepción que habría salido reforzada de la crisis ante el aparente éxito de las técnicas de biovigilancia y big data aplicadas en algunos países asiáticos. Esta opción, aun salvando la voluntad de autolimitación del Estado, afianza las dictaduras digitales. La segunda es más ambiciosa e implica un rearme ético, no sólo para encarar con valentía el futuro, sino para edificarlo sobre bases auténticamente humanas. </span></div>
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<span style="color: #444444;">La resiliencia puede alumbrar una democracia afectiva y compasiva, que haga prevalecer la unión y el entendimiento mutuo sobre la dinámica de mutuas exclusiones, las batallas de la identidad o el nuevo culto a la frontera, forzando a los políticos a asumir sus verdaderas responsabilidades: a) el mantenimiento del orden de libertad, sabiéndolo adaptar a las circunstancias cambiantes (siempre desde el respeto a las instituciones democráticas y la cultura de la libertad); y b) la preocupación efectiva por el bien común y el bienestar de todos, que conlleva ciertamente la mejora de la dura situación presente. El poder del algoritmo no nos vuelve inmunes, ni reduce la vulnerabilidad a cero. La resiliencia realmente tampoco, pero al hacernos conscientes de nuestros límites nos hace más humanos y consiguientemente más capaces de superarlos para lograr la transformación personal y social. La democracia consciente precisa a su vez de un ‘capitalismo consciente’ (Mackay y Sisodia, 2013), con una visión más amplia y un propósito superior, capaz de transformarse e implicarse en la construcción de un futuro más cooperativo, humano y esperanzador. Será el mejor antídoto frente a las nuevas tentaciones de estatalismo.</span></div>
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<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 21 de abril de 2020</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-90179240005509076192019-12-04T18:13:00.002+01:002019-12-11T09:55:53.765+01:00Democracia consciente<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-cIQAoCNMqjU/XefpB9GlPyI/AAAAAAAAHnE/u1glvy7ZRW4x_NMBQKG7-ZwTwNJCCWp2wCLcBGAsYHQ/s1600/hyvstmebjccfdi8mu7pr.jpg.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="339" data-original-width="640" height="169" src="https://1.bp.blogspot.com/-cIQAoCNMqjU/XefpB9GlPyI/AAAAAAAAHnE/u1glvy7ZRW4x_NMBQKG7-ZwTwNJCCWp2wCLcBGAsYHQ/s320/hyvstmebjccfdi8mu7pr.jpg.png" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Desde 2008 se registra un cambio de clima político. ¿Estamos abocados a la post-democracia, a una agónica degeneración de la democracia representativa? El nacional populismo revela una crisis de confianza ante el futuro, la fuerza de un presentismo dramático: el aquí y ahora, el nosotros primero, donde se abre paso la posverdad, capaz hoy de fabricar no ya un mito, una mentira, una ficción, sino una nueva voluntad general al margen del contrato social. La consolidación de hiperlíderes vueltos sobre sí mismos, incapaces en la práctica de entender un poder condicionado o limitado, y que reducen la política al simple juego performativo y cortoplacista, puede acabar consagrando paradójicamente la ‘soberanía del algoritmo’ como nueva fuente de autoridad. </span></div>
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<span style="color: #444444;">Promover el desarrollo de la conciencia humana es fundamental para el renacimiento democrático. Hemos de ir hacia democracias más conscientes y resilientes. La libertad es autolimitación consciente. También apertura compasiva al sufrimiento que nos reclama desde las entrañas de la tierra. Necesitamos líderes y gobiernos más reflexivos y virtuosos, capaces de conjugar la libertad de uno con la del otro próximo y lejano, donde entran también los derechos de las generaciones futuras. Hemos de conseguir implicar a la juventud en la defensa de la democracia como lo está en la causa del planeta. También en Navarra.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 3 de diciembre de 2019</span></div>
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<span style="caret-color: rgb(68, 68, 68); color: #444444;">Suplemento <i>Marca Navarra</i></span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-43166979263932210902019-07-03T16:19:00.000+02:002019-07-03T16:19:43.643+02:00Política y coherencia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-pKEybC4gQQQ/XRy4n_A5_EI/AAAAAAAAHk0/XFwDBm8NpOw5_Nl8ac1ifuWKngeUmLxOwCLcBGAs/s1600/Civite.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="345" data-original-width="617" height="178" src="https://1.bp.blogspot.com/-pKEybC4gQQQ/XRy4n_A5_EI/AAAAAAAAHk0/XFwDBm8NpOw5_Nl8ac1ifuWKngeUmLxOwCLcBGAs/s320/Civite.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Una lumbrera del pensamiento político actual ha afirmado que política y coherencia son incompatibles. Se ha dicho en términos normativos, no de crítica. Es fácil entender entonces no ya el motivo que ha provocado que gran parte de la ciudadanía haya dado la espalda a los políticos, sino un hecho más fuerte y sorprendente, aunque resulte su lógica consecuencia: los políticos han acabado por desentenderse completamente de los ciudadanos. Hasta no hace mucho nuestros tribunos hacían méritos para convertir la política en espectáculo, y trataban al público con mayor o menor respeto, deseosos de atraerse su atención. Devaluación de la política orientada al circo mediático, sí, pero al menos se nos consideraba espectadores. Ahora ni eso: van directamente a lo suyo, sin que les importe nada lo que pueda pensarse de ellos. No hay actuación, ni representación, ni discurso, ni les preocupa enseñar sus vergüenzas: solo es visible el nerviosismo de no fallar la ocasión, la ambición de conseguir el propio objetivo, sea cual sea, sea como sea. Algunas escenas recientes en el Parlamento de Navarra dan buena fe de ello.</span></div>
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<span style="color: #444444;">La voluntad popular una vez finalizado el recuento de las urnas es sustituida por la voluntad caprichosa de los políticos, sin un mínimo esfuerzo por fabricar una narrativa coherente siquiera en apariencia. EL PSN estuvo descolocado toda la legislatura anterior, marcando distancias tanto con el cuatripartito como con la oposición de UPN y PP, pero coincidiendo a la hora de la verdad con estos en la mayor parte de las cuestiones y votaciones. El PSN no ha estado en el gobierno sino en la oposición, pero lo fiaba todo a una nueva mayoría aritmética, sin Bildu ni el centroderecha, donde los socialistas quedaran por delante de Geroa Bai. El efecto Sánchez logró lo segundo, pero el propio lastre del cuatripartito impidió lo primero. Barkos no contaba ni con lo uno ni con lo otro. Esperaba que el hundimiento de Podemos beneficiase a otras fuerzas del cuatripartito. Que no haya sucedido así prueba el fracaso de un gobierno que no ha sido capaz de capitalizar el liderazgo de Barkos al frente.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">La única apuesta de Barkos fue el cuatripartito por lo que resulta incoherente su súbita defensa de las bondades de un nuevo gobierno plural y diverso. No es un problema para Geroa Bai el apoyo de Bildu, aunque PNV y Bildu tensen la cuerda en Euskadi. Hubiera sido un logro de Geroa Bai, y una aportación a la democracia, que después de cuatro años de convivencia hubiese arrancado de Bildu una condena expresa de la violencia ejercida por ETA y una petición expresa de perdón a las víctimas. Esa asignatura continúa pendiente. No se ha podido o no se ha querido hacer. Lo que les une en Navarra es mayor que lo que les separa. Pero mientras no se exija y se dé ese paso no se puede normalizar democráticamente a los herederos políticos de ETA. El PSN debería saberlo y actuar en consecuencia. El socialismo no se atrevió en tiempos de ofensiva terrorista a ilegalizar a HB, aunque esa medida se demostró luego eficaz para la deslegitimación social de la violencia y el proceso de pacificación. ¿Querrá ahora exigir este nuevo paso necesario antes de pactar directa o indirectamente con Bildu?</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">El PSN sigue adelante porque no cuenta con otro guion, aunque la puesta en escena le deje en evidencia, sobre todo cuando la cuestión navarra ha vuelto a situarse en el centro del debate político español. Su lema de ‘gobierno de progreso’ puede resultar más que simple, irritante. El PSE ha acudido a su socorro argumentando que sólo el PSN es capaz de gestionar la diversidad de Navarra y que por esa razón que gobiernen los socialistas navarros es una ‘cuestión de Estado’. Semejante afirmación, pretendiendo dar la vuelta al argumento de quienes invocan igualmente la razón de Estado para forzar a Sánchez y al PSN a pactar con Navarra Suma, exige mayores desarrollos. Los socialistas navarros callan, bien porque el futuro de la política navarra pasa realmente por Bilbao, no únicamente en el campo nacionalista, bien porque el PSN anda muy ilusionado y ocupado en el inmediato reparto de cargos, sin preocuparle lo fundamental. La coherencia sigue siendo un criterio cualitativo de validación apreciable en política, pero, por mucho que parezca hoy una minucia en la política española, la lógica de los números también cuenta: poco podrá exigir el PSN a Bildu desde el gobierno cuando la estabilidad de ese posible gobierno dependerá de Bildu. Es imprescindible avanzar en la nueva política sin ETA, pero debe hacerse sin instrumentalización ni olvido de sus víctimas, sin mixtificaciones ni atajos, si se quiere realmente avanzar en la construcción de una nueva narrativa y de un nuevo marco de relaciones políticas en Navarra.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 3 de julio de 2019</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-69698469620276741402018-09-05T11:45:00.000+02:002018-09-05T11:45:50.477+02:00Paradoja Casado<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-KqMs02XBR0U/W4-k8gLj-3I/AAAAAAAAHdE/OpIM5lUuqvs1wNz93gGxdysTvgYec996gCLcBGAs/s1600/20180721143143_casado-irabazle-pp-efe_foto610x342.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="342" data-original-width="610" height="179" src="https://3.bp.blogspot.com/-KqMs02XBR0U/W4-k8gLj-3I/AAAAAAAAHdE/OpIM5lUuqvs1wNz93gGxdysTvgYec996gCLcBGAs/s320/20180721143143_casado-irabazle-pp-efe_foto610x342.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="color: #444444;"><br /><div style="text-align: justify;">
La juventud, guste o no, es un grado en la política española. Con ocasión del reciente Congreso del PP, muchos han celebrado que el ciclo del 15-M haya llegado por fin a las filas conservadoras, eligiendo un nuevo líder, Pablo Casado, que se sitúa a la par de Iglesias, Rivera y Sánchez: los cuatro jinetes de la nueva política. La política de principios, los valores, la transparencia en la comunicación frente al pasteleo, el pragmatismo o la vacua moderación que se desentiende de los problemas y del compromiso. El PP ha vuelto, han celebrado los nuevos dirigentes populares, presentando ese regreso en términos de regeneración.</div>
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La situación no deja de ser paradójica. Casado se postuló como el líder de las bases, pero los militantes apoyaron a la ex vicepresidenta Sáenz de Santamaría y, contrariamente a sus palabras iniciales, cocinó acuerdos de aparato para hacerse con el voto mayoritario de los compromisarios, ensalzando un sistema de elección que no es propiamente de doble vuelta. La alianza negativa de los candidatos vencidos en la primera vuelta no fue muy distinta de la urdida en la moción de censura contra Rajoy, tan criticada en su momento dentro del PP. Tampoco en este caso ha habido debate alguno de ideas ni proyectos.</div>
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Casado apela a la renovación, pero pese al relevo generacional que supone su elección, el aire que trae es antiguo. Sus padrinos son el segundo Aznar y Esperanza Aguirre, que han destacado como pocos en la siembra de la discordia entre los populares en tiempos de Rajoy, amén de la responsabilidad de ambos (aunque sea por dejación como reconoció tardíamente la propia Aguirre) en el florecimiento de la corrupción que ha pagado el PP de Rajoy. Vuelve el PP más orgulloso de sí mismo (Aznar nunca ha reconocido ninguna responsabilidad en la decadencia del PP), aunque para disimular Casado se haya paseado durante el cónclave popular con el hijo de Adolfo Suárez colgado del brazo.</div>
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Es evidente que una parte del PP está feliz con el supuesto regreso a las esencias, por más que no se haya facilitado una real integración interna, al haberla entendido Casado a la vieja usanza, rodeándose de compañeros fieles y agradecidos a quienes por el hecho de ser muy próximos considera los mejores. Lo mismo ha hecho Pedro Sánchez premiando a sus incondicionales con puestos en los distintos escalones del gobierno o al frente de organismos clave y grandes empresas públicas. Las redes clientelares se entienden mal con la regeneración política, tan mal como con la simple política de gestos o los pildorazos ideológicos, a los que se ha sumado Casado, que nada contribuyen a elevar el nivel del debate público. Casado ha hecho, de golpe, más fuerte al presidente Sánchez.</div>
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La nueva política en manos de los viejos partidos no puede quedarse en un simple relevo generacional. Esto puede resultar incluso peligroso. La regeneración política por la que suspira la ciudadanía crítica se vuelve contra el virtuosismo del político que ha sacrificado todo a la cosa pública (casa, hacienda, trabajo, gloria) y convierte así la política en su objeto de ambición y en su única fuente de medro y reconocimiento personal. Los viejos partidos después de cuarenta años de democracia han fabricado políticos jóvenes que no han conocido otra experiencia profesional que la política, pasando de dirigentes juveniles en sus organizaciones a concejales, cargos autonómicos, parlamentarios, hasta conseguir dar el salto a la política nacional. Casado es un buen ejemplo de ello.</div>
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De ahí que el caso del master del nuevo líder popular revista significación. La respuesta inmediata de los actuales dirigentes es preocupante. El caso existía antes de la elección de Casado, quien sin embargo ha reaccionado de manera victimista como el mayor perseguido de la historia, con argumentos improcedentes, llevados al extremo por el nuevo secretario general del PP (originario de Nueva Generaciones como Casado), que se preguntaba si debía presentar los justificantes de educación primaria (evidentemente no, porque es obligatoria en España).</div>
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¿Tan difícil es de entender que no cabe ningún trato de favor por una presunta dedicación exclusiva a la política hasta el punto de regalar el esfuerzo que el común de los ciudadanos invierte en su formación? El talento político no se cifra en los títulos superiores obtenidos, pues nadie está forzado a coleccionarlos. Tampoco debe reducirse al aprendizaje de argumentarios de partido o manuales del elector. El talento político implica ciertamente conocimientos, competencias funcionales y también inteligencia moral. Frente a quienes se apresuran a restar cualquier importancia al tema y denuncian su politización, que esta cuestión del master en las presentes circunstancias, más allá del tema del aforamiento, llegue al Tribunal Supremo es un signo de independencia que honra y compromete a la justicia española. Seguro que revertirá, de una forma u otra, en una mayor madurez de nuestra cultura política.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 4 de septiembre de 2018</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-49018762358524707712018-07-09T11:29:00.001+02:002018-07-09T11:31:28.387+02:00Modo Sánchez<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-LM45XGyfjGc/W0Mq2okiepI/AAAAAAAAHcc/fqgXre3dY7sgq43G8uJQqYLSxc_Ukvu8wCLcBGAs/s1600/_sanchez_8a7392c2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="660" data-original-width="990" height="213" src="https://3.bp.blogspot.com/-LM45XGyfjGc/W0Mq2okiepI/AAAAAAAAHcc/fqgXre3dY7sgq43G8uJQqYLSxc_Ukvu8wCLcBGAs/s320/_sanchez_8a7392c2.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">La política española ha entrado en modo Sánchez, es decir, en una dinámica impredecible. El objetivo principal del nuevo presidente de Gobierno es mantenerse en Moncloa para afirmar al PSOE de cara a las próximas elecciones y así poder continuar él en Moncloa. Si de ello se deriva algún bien para España, estupendo. Si no, ya vendrán otros a arreglar los posibles desaguisados. Es una manera muy burda de decirlo, lo cual no quiere decir que no sea verdad.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">Los hechos hablan por sí solos, y por supuesto admiten distintas interpretaciones. Sánchez estuvo rápido con la moción de censura. Ni consulta a las bases ni reuniones previas de los órganos del partido. No se podía fallar la ocasión. El Rajoy incombustible, el hombre que sabía medir los tiempos, fue destrozado por el tornado de una tormenta perfecta. La última imagen de Rajoy, no obstante, renunciando a todo antes de desaparecer, deja un claro mensaje en clave de regeneración democrática a quién pudiera alimentar el propósito de ser presidente por un día para disfrutar de las prerrogativas de expresidente el resto de su vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">La moción tuvo poco de constructiva, fue una alianza negativa, sin programa ni negociaciones previas, al menos aparentemente. Sánchez invoca el sentido de estado para asegurar la estabilidad política, pero excluye del diálogo a quienes eran sus interlocutores hasta ayer para las cuestiones de estado. Ni el asunto de los presos de ETA ni la situación catalana han sido habladas con el PP y C’s por el actual gobierno. ¿De qué va a hablar Sánchez con Torra el próximo 9 de julio? ¿De la agenda preparada por el líder de Podemos, embajador de Madrid en Cataluña? ¿Qué medidas supeditadas a una reforma constitucional pueden ofrecer sin contar con el PP? ¿O se trata de explorar las posibilidades de un ‘régimen post78’ con el concurso una vez más de los nacionalistas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">Para el presidente Sánchez la fractura social de Cataluña es responsabilidad del anterior Gobierno de Rajoy, no de quienes utilizaron la Generalitat contra el Estado. Seguramente la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, una prioridad nacional, podrá reparar esa brecha poniendo fin a una crisis política abierta desde… ¿la Transición? El discurso lo tiene armado Podemos desde hace años y, si le dieran ocasión desde la nueva RTVE, el vicepresidente oficioso del gobierno (que no cesa de manifestar su voluntad de darle otra vuelta de Tuerka al ente público) lo adaptaría a conveniencia, siguiendo la experiencia de la TV catalana (todo un ejemplo de pluralidad, y que nadie toca).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">En la política española no hay pudor ni para esconder las propias obsesiones. La de Sánchez es construirse la imagen de presidente, con álbum de fotos incluido (qué mejor jefe de gabinete que un experto en marketing político). En el PP, que también ha entrado en modo Sánchez, es decir, en una dinámica impredecible, algunos juegan a destruir la imagen de otros (Margallo obsesionado con la exvicepresidenta), o a recomponer si fuera posible la personal. Resulta casi surrealista el ofrecimiento de Aznar para reconstruir el centroderecha, olvidando de manera interesada que los lodos de la corrupción que se han tragado a Rajoy, provienen de los barros de Matas, Esperanza Aguirre o Zaplana, aznaristas confesos. </span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">El PP juega ciertamente a la ruleta rusa con vistas al próximo congreso del partido. La sombra de Aznar sobre Casado es presentada por el joven candidato (que apela al relevo generacional) como garantía de unidad; mientras que las dos mujeres que pugnan entre sí por convertirse en la primera presidenta del gobierno de España no pueden desprenderse de la herencia de Rajoy. La aparente ventaja de Cospedal como secretaria general que dispondría de un mayor control sobre el aparato del partido para la elección de los compromisarios, puede quedar anulada por figuras como Arenas que lo saben todo y se sitúan al lado de Soraya, la candidata más alejada de la historia y estructura del partido, y que podría tener mayor tirón electoral. Toda esta incertidumbre beneficia a Sánchez y mantiene a la espera a un descolocado Rivera.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El modo Sánchez genera también un compás de espera en Navarra, no menos impredecible. Cerdán, un fiel del presidente Sánchez, se precipitó a la hora de bendecir el futuro gobierno progresista de la Comunidad Foral donde, sin grandes matizaciones, situaba al PSN al lado cuanto menos de Geroa Bai como signo del nuevo tiempo político. Los nacionalistas, encantados, sin duda. No es un escenario imposible. Quedan por ver las últimas actuaciones en Navarra del circo Podemos, y cómo pueden afectar al incremento del voto socialista. ¿Hasta el punto de adelantar a Geroa Bai? El efecto Sánchez lo puede favorecer, pero ¿se mantendrá éste sin debate alguno de aquí a las próximas elecciones forales?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 8 de julio de 2018</span></div>
</div>
Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-34557643721924506912018-05-14T09:32:00.001+02:002018-05-14T20:44:58.329+02:00El legado ambivalente del 68<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-RTBP0hEY1Bg/Wvk7aYLKGSI/AAAAAAAAHbo/cQOyRSQ8sqsUoHuuAXhqS8dSV4hxP1PIwCLcBGAs/s1600/Interdit%2Binterdire.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="564" height="213" src="https://2.bp.blogspot.com/-RTBP0hEY1Bg/Wvk7aYLKGSI/AAAAAAAAHbo/cQOyRSQ8sqsUoHuuAXhqS8dSV4hxP1PIwCLcBGAs/s320/Interdit%2Binterdire.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El 68 fue un movimiento que alcanza al conjunto de los países industrializados estableciendo referentes subversivos fuera de esas fronteras. Los historiadores han enfatizado el carácter transnacional del fenómeno, así como la pertinencia de atender a un contexto temporal más amplio (‘los años 68’, la década 1965-1975), donde los movimientos de los 60 y el propio 68 francés no serían más que el acelerador de un conjunto de transformaciones en marcha desde la segunda posguerra mundial. Asimismo, han insistido en la dimensión cultural del 68 y retomado desde esa perspectiva la reflexión sobre el legado del 68 como derivada de una memoria global del 68.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">La originalidad del escenario francés, con la conjunción incompleta y conflictiva del movimiento estudiantil y la huelga obrera, dificulta su interpretación, aunque refuerce el sentimiento de rechazo frontal a una sociedad volcada al consumismo y que es percibida como hipócrita y conformista. ¿Qué fue el 68 francés? ¿Una experiencia “insaisissable”(de Gaulle), una revolución “introuvable” (Aron), un acontecimiento “monstre” (Nora) o un fundamental “événement de paroles” (Canut y Prieur)? “Se puede hacer decir todo a mayo del 68”, consideraba un antiguo activista al filo del 40º aniversario. Por ello, medio siglo después, es más necesario que nunca repensar el 68.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El mayo francés significó una doble explosión de la palabra y la acción.La imagen de Certeau, en la inmediatez de los hechos, resulta sugestiva: “En mayo pasado, se tomó la palabra como se tomó la Bastilla en 1789”. El 68 se presenta como una <i>liberación de la palabra</i>, la reivindicación del ‘derecho a hablar’ de todos, pero en nombre propio. Por primera vez, una revolución social se vuelve un fenómeno de lenguaje, que resulta al mismo tiempo un desafío político. La palabra impertinente y excesiva, como nueva arma simbólica, se convierte en una fuerza de emancipación política.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El mito de la barricada adquiere un nuevo sentido: pierde su utilidad militar para constituir la “delimitación de un lugar de la palabra, de un lugar donde el deseo puede inscribirse y llegar a la palabra” (Geismar). La ciudad como libro colectivoacoge la “palabra salvaje” (Barthes) de las auténticas fuerzas vivas del movimiento, ansiosas de pronunciarsecontra el orden establecido o simplemente de desenmascarar a través del humor, la parodia, la paradoja o lo insólito los límites de todoslos viejos discursos. Se trata de poner la palabra al servicio de la vida, como refleja la proximidad del <i>situacionismo </i>con el lenguaje de mayo (“Queremos vivir”, “Vivir sin tiempos muertos”, “Sed solidarios y no solitarios”, “La cultura es la inversión de la vida”, “Creatividad, espontaneidad, vida”).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El 68 apela a una <i>política creativa</i> donde la vida cotidiana quede en el centro de la cuestión social, y sea capaz de alumbrar una nueva civilización que trascienda la cosificación económica (Marcuse). Esa aspiración ha recobrado actualidad: una <i>nueva política</i> sensible a la vida de la gente, que mueve a la presencia y participación ciudadanas, un deseo de vivificar las instituciones tanto como el lenguaje. El 68 establece así un doble compromiso con la creatividad y la crítica, entendidas como herramientas fundamentales para la construcción social. El deseo inscrito en la palabra no como carencia sino como <i>producción</i> y extensión del campo social (Deleuze).</span></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">La sublimación subversiva del deseohizo aflorar una <i>cultura de la autenticidad</i> entendida como afirmación absoluta del propio ser singular. Frente a cualquier norma externa se defiende el <i>derecho a la diferencia</i>, sea cual fuere. Las normas de vocación universal desaparecen en beneficio de los particularismos, lo que dificulta seriamente la comunicación y el fortalecimiento del pensamiento: el pensamiento débil acabará identificado con el pensamiento correcto, soslayándose toda discusión sobre una <i>política de límites</i>. Esta es, sin duda, la parte más incómoda del legado del 68, y la que invita a reflexionar. </span></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">De la dinámica de transgresión del orden establecido se ha pasado a la banalización actual de cualquier realidad, reducido todo a una única dimensión, lo que nos devuelve a la crítica marcuseana. El relativismo del 68 ha favorecido, por paradójico que resulte respecto a la atmósfera en que se desenvolvió el movimiento, un nuevo conformismo –la instalación en el presente, sin mayores expectativas de futuro– cuyos contornos ideológicos superan el individualismo liberal/libertario de los 80, tal y como ha sugerido Castoriadis al caracterizar el posmodernismo como conformismo generalizado. </span></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Esta ausencia de <i>verdades madres</i> facilita la disgregación de la comunidad, el abandono de la búsqueda de la unidad, y reduce la pluralidad a una amalgama (posmoderna) de espíritus que erosiona el valor de la democracia. La actual amenaza populista, de derecha o izquierda, no es una casualidad. Es lo que sobreviene cuando la palabra liberada prescinde de toda palabra de autoridad, y acaba convertida en vieja demagogia, como se registra últimamente en el discurso de algunos grupos o movimientos que, en su origen, como el 68, hicieron de la calle un <i>lugar de la palabra</i> al que atender y escuchar.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">Publicada en <i>Diario de Navarra</i>, 14 de mayo de 2018</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-28339237815690150532018-04-19T14:00:00.000+02:002018-04-19T14:00:12.708+02:00Talento político<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-6eSAZAF_SPM/WtiEasXabVI/AAAAAAAAHbM/8JlB7gqI6j0HhmdOqwtBIeQdt2NF_HVdgCLcBGAs/s1600/parlamento_navarra-1200x480.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="1200" height="128" src="https://1.bp.blogspot.com/-6eSAZAF_SPM/WtiEasXabVI/AAAAAAAAHbM/8JlB7gqI6j0HhmdOqwtBIeQdt2NF_HVdgCLcBGAs/s320/parlamento_navarra-1200x480.jpg" width="320" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El talento político escasea. En España, de manera escandalosa en comparación con los países de nuestro entorno, y Navarra en esto no es una excepción. Es lo que tenemos. Nos resignamos, haciendo gala de virtud cristiana, pero pecando de falta de virtudes cívicas. La distancia, el divorcio mejor, entre los políticos y la ciudadanía es responsabilidad de la clase política, pero también nuestra. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">El jacobinismo, que algo bueno tuvo, apeló a una ciudadanía activa y virtuosa, atenta y preocupada por la cosa pública, capaz de hacerse presente en el escenario y el debate público, atando en corto a sus representantes. No se trata hoy de cortar cabezas, pero sí de exigir responsabilidades directas cuando quienes gobiernan dejan de preocuparse por la defensa concreta del orden de libertad y del bienestar general, y únicamente se ocupan de su propio interés, dejándose llevar por una excesiva ambición, </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Hemos dejado de lado la virtud de la participación, que compete a todos, tengamos o no una responsabilidad política directa, y los políticos campean a sus anchas, creciendo y reproduciéndose en sus propios viveros. Nos sorprende que aquí no dimita nunca nadie, señal de que las gentes ordinarias somos vistas como excesivamente ordinarias por parte del poder y sus cortesanos, y no piensan que deban dar cuentas ante la opinión. Somos responsables de los políticos que tenemos. </span></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Nos sorprende también que el segmento más poblado de nuestra fauna política no haya conocido otra actividad profesional que la relacionada con la política, a diferencia de lo que sucediera con la generación de la Transición, hoy tan denostada y en liquidación. Eso puede explicar la obsesión por los títulos de tanta legión de ministros y ministras, consejeros y consejeras, diputados y diputadas, y hasta de algún presidente o presidenta autonómica, en busca de honores y riquezas que llevan a perder la cabeza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Esa necesidad sentida de tapar las propias vergüenzas o de realzar la presencia ante una audiencia a la que realmente se desprecia, es la más clara manifestación de falta de talento político. Nuestros próceres y ‘próceras’ reducen el talento político a su dimensión más simple. Necesitamos políticos con formación más allá del manual del partido, sí. Pero cuando se pretende disfrazar el capital intelectual y las competencias funcionales que todo político debe poseer, con resultonas prendas académicas al uso, fáciles de poner, como han venido a ser los másteres, es señal de que no hay otra cosa que ofrecer. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Elementos sustanciales del talento político son también –o sobre todo– la calidad humana, la inteligencia moral, la cultura del compromiso, la responsabilidad social, los comportamientos, la comunicación entendida no como propaganda o demagogia –síntoma igualmente alarmante de falta de auténtico capital intelectual– sino como capacidad de dar razón de las propias acciones y decisiones a una ciudadanía …que ya ha salido a la calle como Diógenes con su lámpara en busca de políticos verdaderamente sabios y honestos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">Publicado en <i>La Ventan</i>a<i>-Sociedad Civil Navarra,</i> 19 de abril de 2018</span></div>
</div>
Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-28408922490246891242018-03-18T17:11:00.000+01:002018-03-22T10:52:34.605+01:00Secesionismo y deconstrucción<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-M60QzMalE9Q/WrN8n-rRFeI/AAAAAAAAHao/VIK7uVJm6743mPIESVdt0HGi0Vo04yQgACLcBGAs/s1600/tabarnia-1200x480.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="1200" height="128" src="https://1.bp.blogspot.com/-M60QzMalE9Q/WrN8n-rRFeI/AAAAAAAAHao/VIK7uVJm6743mPIESVdt0HGi0Vo04yQgACLcBGAs/s320/tabarnia-1200x480.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Es frecuente asociar el término deconstrucción a la voluntad de desmontar los planteamientos metafísicos, al empeño de anular los opuestos o, en general, a la operación de desmitificación o desideologización de cualquier discurso esencialista, ignorante de los estratos temporales que esconde su propia estructura conceptual cuando aborda la pregunta ‘¿qué es…?’. Nos gusta deconstruir, no tanto que nos deconstruyan, pues estamos convencidos que ideología es el pensamiento del otro, no el nuestro, siempre capaces del más fino análisis intelectual.</span></div>
<span style="color: #444444;">
</span>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<span style="color: #444444;">
<div style="text-align: justify;">
La cuestión catalana ha pasado ya de la fase puramente destructiva a la propiamente deconstructiva, más sugestiva. Durante la última década asistimos, incrédulos e impotentes la mayoría, al proceso de metamorfosis del catalanismo. Contemplamos cómo del nacionalismo moderado se pasaba al secesionismo; del sentido común y el pragmatismo de los líderes a la sinrazón y la sinvergonzonería; del posibilismo político a la obcecación ideológica; de la modernización económica a la destrucción del tejido empresarial y a la fractura social.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ha sido un espectáculo excesivamente largo y tedioso, sin mayor aliciente para las gentes sensatas que la especulación sobre la forma que revestiría el fracaso final de la intentona secesionista. Ha sido un puro acontecimiento de palabras, muy disociado de la experiencia del mundo real, si no fuera por las consecuencias demasiado visibles y desgraciadas que tanto discurso fatuo ha acarreado. Todos convienen que el ‘procés’ está muerto, aunque no sepan cómo enterrarlo. Este es el último acto del drama que presenciamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La parafernalia discursiva y los simulacros de acción de los secesionistas (consultas populares y declaraciones parlamentarias incluidas), sin verdadera referencia a la auténtica realidad de las cosas, han mostrado su impotencia ante lo que no ha sido, paradójicamente, más que silencio y acción contenida por parte del Gobierno: la aplicación de un 155 mínimo precedido y seguido de un discurso también mínimo. En representación del Estado, aquí quien ha hablado ha sido el rey Felipe, con bastante claridad y dureza, por lo que no ha gustado evidentemente a todos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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La prudencia del PP gobernante (su falta de coraje y los complejos en el sentir de muchos de sus votantes) le ha pasado factura en las elecciones catalanas convocadas por el propio Rajoy al amparo del 155, y el futuro pinta amenazador, a tenor de las encuestas que desde entonces apuntan a un ‘sorpasso’ de Ciudadanos (C’s) en el centro derecha español, sino sucede algo mayor. El fantasma de UCD sigue vivo. El presidente invoca su principal responsabilidad de defender el orden institucional de libertad, antes que atender a sus intereses particulares o electorales, pero eso no le valió a Suárez (que incluso se atrevió a dimitir) para evitar la destrucción de su partido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El golpe catalán ha puesto a prueba la capacidad de aguante de la sociedad española, muy resentida tras la experiencia de la crisis económica. Rajoy se reivindica como artífice de la recuperación, pero no valora suficientemente el efecto de cansancio acumulado y hasta agotamiento que ha venido a añadir la cuestión catalana, jugando desde el inicio el secesionismo con explotar a su favor la presunta debilidad española ante la crisis. Los detalles conocidos a raíz de las investigaciones policiales y judiciales sobre la utilización concreta que se ha hecho de las instituciones autonómicas catalanas para atentar contra el Estado y contra las reglas democráticas de convivencia y respeto político al adversario, se vuelven también contra la inacción del Gobierno de España.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La desmoralización de la sociedad hacia sus gobernantes y los políticos en general ha sido instrumentalizada por el populismo, cuyo potencial destructivo se acaba de poner de manifiesto en Italia, pero ha provocado también el rearme de la sociedad civil, con logros evidentes como se está viendo en Cataluña con la reciente irrupción de Tabarnia. Con ella, la cuestión catalana ha iniciado –sorpresivamente por su eficacia– la etapa deconstructiva. El secesionismo ante su espejo se muestra realmente impotente. Resulta más fácil desmontar una estructura conceptual, como sin duda es el nacionalismo, utilizando su misma argumentación, pero en sentido inverso. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde los resultados electorales del 21-D, donde la concurrencia separada de los secesionistas permitió a Ciudadanos convertirse en el partido más votado de Cataluña, las cosas siguen cambiando. El discurso del actor Boadella en el exilio, semanas después, emulando mucho más a Tarradellas que a Puigdemont, ha dignificado la virtud del humor como virtud cívica frente a las inadmisibles patochadas de algunos políticos que envueltos en su bandera personal han perdido hasta el sentido del ridículo. Ha demostrado también su poder moralizador (en el sentido orteguiano de elevar la moral) y movilizador, no ya en la calle como se vio el pasado 4 de marzo, sino en la opinión pública. La última encuesta de voto catalana, con fuerte descenso del apoyo al secesionismo, parece certificar el éxito de la deconstrucción como estrategia de lectura aplicada a la política.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 18 de diciembre de 2018</div>
</span></div>
Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-78629456252621601782017-12-03T19:25:00.000+01:002017-12-28T23:39:51.418+01:00Sentido de pertenencia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-fC8cW8czrnc/WiRA3viaT4I/AAAAAAAAHZU/wiBfqOoIlpYK30x6RCK87i61qanwIMzEgCLcBGAs/s1600/Pertenencia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="613" height="182" src="https://2.bp.blogspot.com/-fC8cW8czrnc/WiRA3viaT4I/AAAAAAAAHZU/wiBfqOoIlpYK30x6RCK87i61qanwIMzEgCLcBGAs/s320/Pertenencia.jpg" width="320" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Si algo salta a la vista en Navarra es su carácter liminar, lo cual implica renunciar a cualquier planteamiento absoluto o trivial a la hora de referirse a ella. Decir que Navarra es Navarra es decir muy poco realmente. Las mismas características del solar navarro hablan de su gran diversidad natural, entre el Pirineo y la depresión del Ebro, entre las Españas húmeda y seca. Territorio de encrucijada, ‘puerta de Europa’ para otras comunidades españolas y ‘puerta de España’ para otros países europeos –como gustaba repetir el geógrafo Alfredo Floristán Samanes–, Navarra se presenta como una tierra heterogénea cuya unidad se funda precisamente en la riqueza y complementariedad de aptitudes y recursos, también humanos, afirmados en la historia. Los sucesivos aportes de vascones, romanos y musulmanes, de aragoneses y castellanos, de españoles y franceses han forjado el ser y el existir navarros. La Navarra de ayer y de hoy no se entienden sino como un cruce de culturas en un medio natural atractivo y diverso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Navarra es un gran espacio de frontera que –según plantea la convocatoria del próximo congreso de la SEHN– exige atender constantemente a su situación ideal entre lo viejo y lo nuevo, lo de fuera y lo de dentro, lo admitido y lo extraño. El hecho diferencial navarro es el mestizaje. La ambigüedad, la hibridez, la propia dificultad para apreciar los límites de la frontera hacen de Navarra un gran umbral de convivencia que lejos de diluirlo ha reforzado el propio sentimiento de identidad navarro, y facilita que se integren en él otros niveles de pertenencia. El Barómetro del Parlamento de Navarra 2016 –elaborado por la UPNA– ponía de relieve el peso del sentimiento navarro como identidad única (45,1%) frente a quienes se consideraban exclusivamente españoles (8,9%), vascos (5,4%) o europeos (5,1%). Combinando identidades únicas y mixtas, el valor más amplio del sentimiento navarro (80,6) era muy superior al vasco (34,1), español (24,3) o europeo (5,1).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Otros estudios –como los paneles de tendencias de CoCiudadana– establecen cómo tras la familia y los amigos, el ‘apego a la tierra’ destaca particularmente entre las prioridades navarras, muy por encima del trabajo, el tiempo libre, el tejido asociativo o la política. Asimismo, los informantes consultados atribuyen como primeras características de la idiosincrasia de los navarros el ser ‘amantes de su tierra’ y ‘tradicionales’, antes que trabajadores o solidarios. Así, entre los distintos sentimientos (de unidad, coherencia, pertenencia, valor, autonomía, confianza) que componen el sentimiento de identidad, el sentido de pertenencia adquiere en los navarros una dimensión fundamental a la hora de organizar la propia voluntad de existencia, operando sobre los patrones y formas personales de percibir, de recordar, de vivenciar y estructurar el espacio y el tiempo, de anclarse en la propia comunidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">La historiografía de los últimos siglos o la propia literatura de viajeros han sabido recoger, con colores nativos o desde la mirada del otro, esta cualidad. La obra de Yanguas, o la de Olóriz, Iturralde y Campión –en estos días envuelto de nuevo en la polémica–, o la de Caro Baroja, aceptado por todos, entre muchos otros nombres, insistieron en el valor de las antigüedades navarras, de sus leyendas y tradiciones, del apego a lo local, contribuyendo a reanimar o preservar la identidad cultural sin convertir la diferencialidad de Navarra en una unidad antropológica, lingüística o fisiográfica. Por su parte, la mirada del viajero romántico, una mirada con el alma que adquiere nuevas formas actuales, ha sabido poner siempre el paisaje al servicio de la reflexión, fundirlo con la poesía, penetrar el sentido de los usos y costumbres populares o el misterio de las lenguas propias en convivencia, para no dejarse vencer por el poderoso embrujo del territorio (en el progresivo contraste entre montaña y ribera, del Valle del Baztán al desierto de las Bardenas), contribuyendo esa mirada extraña a reforzar la propia conciencia nativa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">Nada de lo que sustenta el sentido de pertenencia y el propio sentimiento de identidad de los navarros debería utilizarse como instrumento político de división. Pese a las diferencias socioculturales y lingüísticas, la voluntad de seguir siendo navarros (se exprese con ‘v’ o con ‘b’) ha sido una constante en el devenir histórico y político de Navarra. También la capacidad personal y colectiva de transitar y proyectarse desde espacios menores a mundos mayores, lo que lleva a descubrir asimismo numerosas fisuras, confluencias y fugas respecto a cualquier sentimiento de pertenencia primordial. Esto último puede entenderse como una consecuencia más de la liminaridad, que favorece la conciencia de una ‘identidad compuesta’, en la acepción de Maalouf. Pero, sin negar la necesidad de arraigo, es algo que responde al propio sentido de la libertad humana que hace, a la postre, que el individuo sea irreductible a su linaje, a su comunidad o a su nación, que los hombres “ya no pertenezcan a su pertenencia”, en palabras de Finkielkraut.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i> (suplemento <i>Marca Navarra</i>)</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">3 de diciembre de 2017</span></div>
</div>
Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-40719530801605244822017-10-03T19:27:00.000+02:002017-10-03T19:27:43.252+02:00La paradoja del 1-O<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/8mmoMH7vAyk/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/8mmoMH7vAyk?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-28285533119495949822017-09-27T18:04:00.000+02:002017-09-27T18:11:31.289+02:00Radicalización inducida<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-yNed06Ie4fA/WcvKspHLTPI/AAAAAAAAHXo/cxYqDTisErw434Hbpv_83iPtYV-je3cggCLcBGAs/s1600/_93189973_mediaitem93189970.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="351" data-original-width="624" height="179" src="https://1.bp.blogspot.com/-yNed06Ie4fA/WcvKspHLTPI/AAAAAAAAHXo/cxYqDTisErw434Hbpv_83iPtYV-je3cggCLcBGAs/s320/_93189973_mediaitem93189970.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Los fenómenos de radicalización inducida no son nuevos en la historia de España. Forman parte de la experiencia revolucionaria y no son sino una particular forma de comunicación entre las élites y el pueblo. Sobre ello reflexionó Julián Marías desde el lenguaje de la física: la carga eléctrica exterior electriza el interior, sin necesidad de que se hayan producido cambios internos espontáneos. Las posturas se tensan y la dialéctica de mutuas exclusiones se abre paso frente a cualquier apuesta por la moderación, el entendimiento o el diálogo. Las lealtades se cuartean y lo que hasta entonces se tenía como positivo y beneficioso se muta repentinamente en sospechoso o nocivo, malográndose la concordia y el consenso mismo acerca de la autoridad y lo que es legítimo.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Es lo que sucede en Cataluña. Apelar a un conflicto de larga duración con España para entender lo que estamos viviendo no tiene mucho sentido. ¿Desde cuándo data ese conflicto? ¿Desde los proyectos del conde-duque de Olivares y la sublevación de 1640? ¿Desde la Guerra de Sucesión de 1714 convertida en ‘guerra de secesión’ por la propaganda nacionalista de 2014? ¿Será desde el bombardeo de Barcelona por el denominado ‘general del pueblo’, Espartero, que acabó así en 1842 con la insurrección de los sectores populares más radicales de la ciudad, paradójicamente aliados con los grandes intereses económicos de la primitiva burguesía industrial catalana?</span></div>
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Podemos evocar igualmente a los ‘jóvenes bárbaros’ del discurso populista del primer Lerroux, yendo de la mano de los anarquistas en la Semana Trágica de 1909, el mismo dirigente republicano que reprimirá a las bravas desde el Gobierno la rebelión catalana de 1934 (la tercera intentona fallida en la breve experiencia republicana española, después de los amagos de 1873 y 1931). La actitud de Companys proclamando el Estado catalán dentro de una inexistente República federal española decepcionó profundamente a Azaña, el gran valedor del autogobierno catalán en 1932 y acusado injustamente ahora por Lerroux de haber instigado el pronunciamiento catalán.</div>
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Conflictos, en plural, han existido, existen y continuarán existiendo. Pero la cuestión más pertinente quizá para abordar el momento actual no es tanto preguntarse por el conflicto sino por la razón de la misteriosa transmutación de una burguesía catalana que fue complaciente con el franquismo después de 1939, en una clase dirigente connivente y hasta comprometida con el separatismo, todo en el horizonte temporal de un simple reemplazo generacional. Se puede apelar a Zapatero que en su pretensión de sellar una alianza estable con el nacionalismo impulsó y luego recortó el nuevo Estatut, nacido sin verdadera demanda social. O apuntar a Rajoy y su cruzada contra Cataluña en el TC para cosechar más votos en el resto de España. Pero no son razones suficientes.</div>
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No es fácil separar, sin embargo, la crisis del pujolismo y su sistema corrupto, cuestionado por la propia izquierda nacionalista catalana, del ‘procés’ de radicalización inducida que hemos sufrido. Los herederos de la vieja CiU, jaleados por esa izquierda, han querido aprovechar la supuesta debilidad de España en el contexto mayor de la crisis abierta en 2008 para ocultar la verdadera naturaleza y su propia responsabilidad en la particular crisis catalana. Han electrizado a la sociedad catalana polarizándola al extremo. Han atentado contra la Constitución y el Estatuto –de donde procede el poder que pretenden ejercer soberanamente– creando un vacío que sólo puede ser llenado por el radicalismo. El imaginario independentista se alza contra el absolutismo español buscando la efervescencia revolucionaria en una estrategia de desbordamiento del poder. </div>
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Pero las actuales instituciones políticas españolas no son las del Antiguo Régimen ni las correspondientes a la dictadura franquista, aunque se fuerce esa comparación con el gobierno de Rajoy. Al margen de la parafernalia del referéndum y de la ‘desconexión’ con España, es evidente que la alianza del nacionalismo con la izquierda radical –la CUP pero también Podemos– busca hacer tabla rasa del edificio de 1978, el denostado Régimen otra vez, a cuya instauración tanto contribuyó el antaño nacionalismo moderado catalán, no tanto el vasco. El paisaje después de la batalla del 1-O sólo puede ser de desolación.</div>
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La reconstrucción exige diálogo con el nacionalismo, aunque para entenderse hay que saber qué lenguaje estamos hablando y qué se quiere decir cuando se dice lo que se dice. El ‘nuevo PSOE’ ha reintroducido con considerable confusión el debate de la plurinacionalidad, como quien acaba de llegar y se ha perdido el hilo anterior de la conservación. Desde la Declaración de Barcelona de 1998 el nacionalismo ha dado por liquidado el Estado autonómico y habla de un Estado plurinacional como sinónimo de Estado confederal, algo incompatible con los artículos 1 y 2 de la actual Constitución. ¿Ese es el nuevo punto de partida para la solución del ‘problema territorial’ en la Comisión que se pretende crear, o seguimos hablando por hablar?</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 27 de septiembre de 2017</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-82210558339517593272017-06-26T18:55:00.001+02:002017-06-26T19:01:36.061+02:00El regreso<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-WddbofShLCI/WVE7ui-gTeI/AAAAAAAAHW8/QplEnKv1pQ4d6_j_J-_BNdNUuQ0qyYY2gCLcBGAs/s1600/Pedro-Sanchez-plenario-Congreso-PSOE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="505" data-original-width="1020" height="158" src="https://1.bp.blogspot.com/-WddbofShLCI/WVE7ui-gTeI/AAAAAAAAHW8/QplEnKv1pQ4d6_j_J-_BNdNUuQ0qyYY2gCLcBGAs/s320/Pedro-Sanchez-plenario-Congreso-PSOE.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Consideraba Azorín que la vida de un político es una existencia dramática, donde el interés del público se centra en cada momento en su probabilidad de triunfo o fracaso. Es lo que ha sucedido con Pedro Sánchez, cuyo regreso tras las primarias socialistas ha constituido una sorpresa relativa. Aconsejaba Azorín al político “no mostrar impaciencia en los comienzos de su carrera; no se precipite; no quiera recoger el fruto cuando aún no está maduro”. Para muchos, dentro del mismo PSOE, fue lo que precipitó su caída. Un exceso de ambición y de orgullo, con escasa vitalidad de ideas. Sánchez no se ha resignado “a no ser nada por lo pronto, a esperar otro tiempo”, y herido en lo profundo, ha hecho del tesón –“una de las primeras cualidades del político” para Azorín– su principal arma de recuperación. “Lo que el político debe procurar ante todo es que los espectadores no vean que él duda de sí”, añade el intelectual del 98.</span><br />
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<span style="color: #444444;">Los adversarios menospreciaron su capacidad de levantarse, valorada por la mayoría de los militantes socialistas, aunque está por ver si pese a su motivación negativa esa ambición, tesón y orgullo pueden transformarse esta segunda vez, aprendiendo de los errores, en fuerza positiva para su organización y la política española. La coyuntura invita, pero imitar es falsificar. Si el discurso populista (las alusiones a una izquierda y derecha, a arriba y abajo dentro del partido) le ha servido para recuperar el control del PSOE, no debe confundirse la percepción de la militancia, emocionalmente implicada, con la del votante socialista, actual o potencial. Las contradicciones de ayer son las mismas de hoy. El discurso regeneracionista en clave interna –abrir ventanas, purificar el aire– no es fácil de entender cuando Sánchez acaba sucediéndose a sí mismo. E insistir en el pacto a tres, con Ciudadanos y Podemos, es volver a la casilla de salida, sin recorrido.</span></div>
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Para bien o para mal, la suerte de un líder depende de las personas que se rodea. Llamativa fue la espantada del primer círculo de fieles tras la dimisión del 1 de octubre. Con las manos libres para reorientar el XXXIX Congreso del PSOE, obra y responsabilidad por tanto suyas, se antojan decisivas la calidad, actitudes y capacidad de influencia sobre el líder de las nuevas personas incorporadas a la dirección. ¿Qué esperar del voluntarista “Somos la izquierda”? Seguramente algo sencillo. La política española va a seguir atendiendo a las prioridades de los políticos, no de los ciudadanos. Un primer frente lo constituye la batalla por el liderazgo de la oposición, con la anomalía histórica de que el presunto líder ni siquiera está en el Congreso. Una batalla que puede quedar en entente. ¿Se puede recuperar el voto socialista cedido a Podemos acercándose a Podemos? Es dudoso, pero aún más sin dejar que C’s se extienda por el centroizquierda, lo que aumentaría las posibilidades de una futura mayoría absoluta PP-C’s.</div>
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La ausencia de Sánchez en el Congreso juega en contra de Sánchez y, una vez dilucidada la cuestión del liderazgo, únicamente puede solucionarse de dos maneras: con unas nuevas elecciones sin agotar la legislatura o con una nueva moción de censura con él como candidato. Las personalidades de Sánchez e Iglesias invitan a ‘echar al PP’, por escasamente democrático que suene ese discurso. Pero pasar como el responsable de la inestabilidad política en contra del interés general puede acabar de hundir al PSOE. La ley electoral impide una debacle a la francesa, aunque cualquier mínimo retroceso será ya un desastre interno. Por otro lado, una nueva moción de censura antes de que se consume el desafío del referéndum catalán es inverosímil, a poca sensatez que muestren Sánchez y su entorno. Tampoco sería fácil justificar el rechazo a Rajoy por la corrupción del PP sin hacer ascos políticos a la corrupción catalana.</div>
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La opinión pública española no entendería que el PSOE de Sánchez no apoye al Gobierno en la cuestión catalana. Pero eso le aparta indudablemente de Podemos y de la complicidad que necesitaría de los nacionalistas catalanes para hacer viable cualquier moción de censura, porque los vascos de Aitor ya están por engrasar el tractor de Rajoy. En cualquier caso, que Sánchez pretenda atraerse a los nacionalismos afirmando solemnemente a estas alturas que España es un Estado plurinacional ‘pero en sentido cultural’, es no decir nada, una tontería, como le habrá transmitido ya Patxi López, recuperado para la política territorial. Todo esto favorece a Rajoy, fortalecido de una moción de censura que ha sabido convertir en moción de confianza, sin que haya dado un solo paso que pueda comprometer a su partido… “No reprochemos a nadie ni sus contradicciones ni sus inconsecuencias”, decía Azorín, pero pensando en auténticos hombres de Estado capaces de adecuar sus actos a la voz del deber, “en contra de lo que hubiera con más calor toda mi vida sustentado”.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 24 de junio de 2017</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-11832936871279592932017-06-01T16:20:00.002+02:002017-06-01T19:04:09.247+02:00La querella de los símbolos<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-R8EuZbbTqBk/WTAiK6XVJmI/AAAAAAAAHWg/nBlFxq9BHqMecA162PcOk822pFA8NBCHgCLcB/s1600/banderanavarra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="223" data-original-width="443" height="161" src="https://3.bp.blogspot.com/-R8EuZbbTqBk/WTAiK6XVJmI/AAAAAAAAHWg/nBlFxq9BHqMecA162PcOk822pFA8NBCHgCLcB/s320/banderanavarra.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">El símbolo –como su propia etimología griega hace considerar– es un ‘signo de reconocimiento’ y un elemento de ‘relación’ o interacción social. La comprensión originaria del símbolo fue la de un objeto partido en dos mitades que permitía a sus portadores reconocerse y acogerse amistosamente, aun sin haberse visto nunca antes. El símbolo como signo de identidad amortigua la tensión de contrarios y reduce las oposiciones, ayudando a robustecer la cohesión del grupo y la imagen de comunidad diferenciada. Los símbolos son un elemento imprescindible en toda cultura política y hacen ver que la acción y la institucionalización políticas se explican, por lo general, por referencia a un sistema de representaciones compartidas por una mayoría amplia en el seno de la sociedad, donde alcanzan expresión las convicciones de la sociedad y las expectativas que dan sentido al proceso político.</span></div>
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<span style="color: #444444;">¿Es posible que en Navarra hayamos llegado a un punto en el que no tenga sentido pretender hablar siquiera de una cultura política en singular, con independencia del grado de consenso pasado o presente alcanzado sobre los nutrientes y mantenedores de la identificación mayoritaria? ¿Estamos condenados a des-entendernos, capaces únicamente de alimentar culturas políticas permanentemente enfrentadas, hasta el punto de no reconocernos aun cuando convivamos juntos de hecho y de derecho? La actual querella de los símbolos así parece indicarlo, por más que nadie quiera asumir la responsabilidad de la fractura social. En todo caso, la política simbólica propiciada por el gobierno de Navarra y el cuatripartito que lo sustenta, no se aviene bien con el discurso de la integración y la transversalidad que invocó Geroa Bai para justificar el cambio.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Podemos discrepar, desde el conflicto de nacionalismo heredado del siglo XX donde sigue librándose la política navarra, sobre quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, preguntas que afectan a los valores, a la historia, a los principios políticos, y que remueven una y otra vez los cimientos de la identidad colectiva. Pero al menos deberíamos ser capaces de retener lo principal acerca de los símbolos en disputa, aunque sólo fuera para caer en la cuenta de lo paradójico del debate, y no malograr definitivamente los espacios liminales que los mismos símbolos de Navarra vinieron a significar en origen, y que está en nuestra mano recuperar. Valga la pena recordarlo, porque hay abundante bibliografía. El origen oficial del escudo y de la bandera de Navarra data de apenas un siglo, y remite a la iniciativa del vasquismo cultural. En el marco de los trabajos preparativos del centenario de las Navas de Tolosa, fueron ilustres éuskaros y allegados -Olóriz, Campión, Altadill- los autores intelectuales de esos símbolos, adoptados solemnemente por la Diputación en 1910.</span></div>
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<span style="color: #444444;">El incipiente nacionalismo vasco en Navarra llegó a apropiarse de la bandera roja, hasta el punto de encender la polémica. En los sanfermines de 1911 el alcalde de Pamplona retiró la bandera de Navarra, izando en su lugar la rojigualda española. Con el tiempo, una y otra bandera irán reafirmando y normalizando su presencia. Más conflictiva resultó la convivencia con la bandera tricolor republicana –como se puso de manifiesto con ocasión de la festividad de san Francisco Javier en 1931, cuando se produjo la quema de la bandera navarra en el balcón de Diputación–, aunque ello reforzó dentro de la sociedad la centralidad de la enseña con el escudo, siendo reconocida bien como bandera de todos, bien como expresión de los valores tradicionales, bien como manifestación de la vasquidad. Es entonces cuando se plantea dentro del PNV el debate sobre la ikurriña como bandera nacional vasca, en contra del criterio de Luis Arana, que recordó el carácter originario de la bicrucífera como bandera de Vizcaya. En 1933, el PNV en Navarra acuerda la adopción de la bandera de Euskadi como ‘nacional’ y la de Navarra como ‘regional’. </span></div>
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<span style="color: #444444;">¿Es este el planteamiento ideológico o de partido que pretende llevar hoy el nacionalismo vasco a las instituciones, retrotrayéndonos a la guerra de banderas de la Transición, con ánimo de reiniciar el proceso político? La ‘Laureada’, tal y como entró, salió de la bandera de Navarra, que no fue inventada por los Requetés precisamente. Acudir a ese argumento para descalificar a quienes se movilizan por la bandera de Navarra, implica una escasa memoria y a la postre una pobre visión de nuestra Comunidad como sujeto político diferenciado. Puestos a remontar el pasado, si fuéramos capaces de superar el agonismo moral propio del conflicto de nacionalismos (vasco/español) del siglo XX, podríamos revivir quizá las virtualidades últimas de aquellos dos navarrismos (uno con ‘v’ y otro con ‘b’) más genuinos del XIX, con sensibilidades culturales y políticas distintas, pero exponentes ambos de una sentida afirmación de Navarra, que presenta elementos o espacios comunes, como vino a demostrar la creación y adopción oficial de sus símbolos.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 1 de junio de 2017</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-55563867365665659482017-05-26T12:32:00.002+02:002017-06-26T18:57:42.633+02:00Áspera España<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-V4m4ROl6NDo/WSgD3kRAgQI/AAAAAAAAHWQ/Qx-nCwOFDd09-OoO5mqO5fml3oY4Hcu5QCLcB/s1600/38560356_303.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="356" data-original-width="696" height="163" src="https://3.bp.blogspot.com/-V4m4ROl6NDo/WSgD3kRAgQI/AAAAAAAAHWQ/Qx-nCwOFDd09-OoO5mqO5fml3oY4Hcu5QCLcB/s320/38560356_303.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">No hace falta hablar francés ni tener querencia por la cultura francesa para sentirse atraídos por el país vecino. Francia se convierte en referente una vez más. “Acordaos de Francia y de 1870” manifestó Costa en 1898, con la esperanza de que el Desastre produjera en España el mismo efecto revulsivo y regenerador que significó la III República francesa tras la derrota de Sedán. La historia, poco maestra, se repite. El “Indignez-vous!” de Hessel fue en 2010 el nuevo “J’Accuse” de Zola, los franceses siguen llevando la iniciativa, pero nosotros creímos tomar la delantera con el 15-M y la reinvención de la ‘nueva política’. Hemos desde entonces tomado la calle, sitiado el Congreso, bombardeado “el régimen del 78”, y estamos donde estamos: la nueva política mimetizada con la vieja y Rajoy incombustible en el mismo sitio. Nada ha cambiado, para desesperación de muchos y para tranquilidad de otros, que no confían en lo que pudiera venir.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Hemos pretendido leer el reciente debate francés desde el prisma español, jugando con comparaciones chocarreras: Macron-Rivera, Mélenchon-Iglesias, Hamon-X (la incógnita se despejó el domingo pasado). Por fortuna no tenemos un o una Le Pen, alguna ventaja española existe, pero ¡qué baño de realidad nos han dado! Las elecciones presidenciales han dejado desarbolada a la V República, los partidos tradicionales han quedado aparentemente liquidados, y sin embargo, en circunstancias objetivamente difíciles, qué suavidad en el cambio. Nadie ha huido despavorido de la revolución en marcha. La ‘douce France’. Francia –superados los días del terror en distintos momentos de su historia– ha sabido construir una fuerte cultura política –en singular– de ámbito nacional, frente a lo que aquí acostumbramos: culturas políticas, siempre en plural y en permanente confrontación en los distintos escenarios (incluso dentro de un mismo partido), lamentablemente a la orden del día.</span></div>
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Es posible un referente y un proyecto de país por encima de los intereses estrechos, la ira o el miedo. Cabe el respeto al adversario y ofrecerle el voto frente a quien pueda presentarse como el verdadero ‘enemigo’ de la República. Desde la victoria electoral, los mensajes y la manera de dirigirse a la nación del nuevo presidente francés han podido causar envidia, en el fondo y en la forma. La palabra viva, la mano en el pecho, los ojos entornados, la bandera ondeando y el aire quedo: una sensación casi idílica, capaz de superar el desafío de la naturalidad. Dulce Francia. Nada parecido a los gustos performativos de nuestros políticos, cuanto más noveles más abonados al simpe marketing político. Que un político joven y prácticamente desconocido como Macron pueda representar y transmitir con autenticidad los valores centrales y mayormente compartidos de una sociedad dice mucho también del perfil y formación de los políticos a uno y otro lado de los Pirineos.</div>
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No se trata de cantar las excelencias de ‘L’École Nationale de l’Administration’ (ENA) frente al autoaprendizaje en los patios interiores de nuestras instituciones. Adolfo Suárez fue un chusquero de la política y hoy lo recordamos con nostalgia (quizá porque supo poner por delante de su ambición particular, la defensa del orden de libertad y el interés general, como manifestó al dimitir). Macron, como sucedió a Suárez, se ve abocado a construir un partido desde el poder, con todos los riesgos y limitaciones que ello comporta. Pero que haya sido capaz de atender y acoger en el nuevo gobierno tanto a nombres provenientes de la derecha como de la izquierda, junto a representantes de la sociedad civil, resulta un hecho refrescante y prometedor para el asentamiento en Francia de un centro político radicalmente reformista, moderado y consistente. Rivera, del que se desconocen sus capacidades de gobierno y que siempre ha mirado a Suárez, podrá aprender mucho de Macron.</div>
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En España y sus comunidades seguimos inmersos en el debate de la corrupción, esforzándose nuestros políticos en salvaguardar o remover las alfombras del pasado y en ocupar unos y otros los mismos viejos espacios de siempre, entregados profesionalmente a la mera disputa del poder, por minúsculo que sea, con ocasión o sin ella, más pendientes de la suerte personal que de abrir nuevos horizontes colectivos, incapaces de cambiar nada. Hemos perdido hasta la fe en la palabra, no ya como instrumento de diálogo y construcción política, sino como simple generadora de ilusión. No tenemos una idea clara del futuro que queremos, y por la misma ignoramos aún más de dónde venimos, de ahí la condena a la memoria que nos hemos impuesto para revelarnos unos a otros quiénes somos y el secreto de nuestra identidad. Lo más ridículo si no fuera preocupante, es que cegados por ese ‘deber de memoria’ no somos capaces de ver más allá de los años treinta del siglo pasado, como manifiesta la recurrente querella de los símbolos, también en Navarra. Áspera España, a la escala que se mire.</div>
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<div style="text-align: right;">
Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 26 de mayo de 2017</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-58082764893415506522016-10-05T10:14:00.001+02:002016-10-05T10:14:13.536+02:00Reventón<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-D-Y8gunHjRQ/V_S16KRXs6I/AAAAAAAAHUc/_j6aBiWkTJ48wTQd2Qk7ouhI7mR02lIiQCLcB/s1600/caida%2Bsanchez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="148" src="https://3.bp.blogspot.com/-D-Y8gunHjRQ/V_S16KRXs6I/AAAAAAAAHUc/_j6aBiWkTJ48wTQd2Qk7ouhI7mR02lIiQCLcB/s320/caida%2Bsanchez.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;"><div style="text-align: justify;">
El PSOE ha sufrido un reventón como consecuencia del bloqueo político practicado por el ya ex-secretario general del partido. Pieza inexcusable aquél en el funcionamiento del sistema, ha visto aumentar la presión hasta que, cegada, la conducción del PSOE ha estallado. Habrá que evaluar los principales daños ocasionados, y atender a la reparación de urgencia para asegurar el suministro inmediato, dejando para más tarde la revisión detallada de todo el edificio. Pero no cabe limitar el examen únicamente al PSOE, la reflexión debería ser más general, y no menos severa, si se quiere cambiar realmente de rumbo la política española.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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La lógica de la representación se ha diluido en la cruda disputa del poder, el interés partidista se ha transformado en la imposición de unas facciones sobre otras, y el liderazgo se ha convertido en una cuestión de pura supervivencia personal. Ello no afecta sólo a los viejos partidos, sino también a los nuevos, y a la resonancia que ejercen unos sobre otros. La dialéctica entre vieja y nueva política, lejos de producir pasos hacia delante, los ha dado hacia atrás, resucitando la política más rancia del XIX, caracterizada por las banderías, los agitadores, los pronunciamientos y los golpes de salón, que hicieron desfilar a hombres de todos los pelajes por las jefaturas de los partidos y gobiernos. </div>
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La necesaria cercanía al ciudadano no es simple apelación a la militancia, o su instrumentalización, y menos cuando la crisis del militantismo y de la política actuales responde en gran parte al rechazo de una clase rectora con carnet, que no ha conocido otra actividad profesional que el partido: desde la militancia en las juventudes hasta la ocupación de cargos internos o institucionales, alcanzados los últimos no por su proximidad a la ciudadanía y la sociedad, sino por el asalto o la cercanía a los aparatos de turno, a los que se sirve fielmente para conservar el puesto o intentar asegurar el futuro de una carrera política. Los límites de este planteamiento, supuestamente renovado, se acaban de manifestar en el PSOE, aunque la distinción entre sanchistas y susanistas en este aspecto pueda resultar inexistente.</div>
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La dinámica reciente de la izquierda, PSOE y Podemos mirándose a la cara y mimetizándose mutuamente, ha encendido las alarmas, pero se equivocaría el PP si pensara que ello le exime del imperativo de la regeneración. Es importante acertar en el fortalecimiento de los mecanismos de participación y representación dentro de los partidos, sin pretender dorar con el mito del asamblearismo la dejación de responsabilidades. En todo caso, la imagen que se ha generalizado ante la opinión, de un dirigente y su cada vez más reducido círculo de leales capaces de ejercer una resistencia numantina para defender sus intereses personales por encima del partido y de la situación del país, ha sido tan viva como patética. Parecía imposible que pudiera llegar a plasmarse con tanta nitidez.</div>
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Sánchez no ambicionaba realmente ser presidente. No tenía un proyecto, ni ideas fundadas más allá de su animadversión a Rajoy y al PP. Le bastaba ser presidente del gobierno un día, porque lo que quería es ser ex presidente el resto de su vida. Que se haya llegado a formular así el problema, muestra las enormes carencias y contradicciones personales de su deriva inmediata. Herido en su orgullo, y no queriendo pasar a la historia por la investidura fallida, era menester que Rajoy experimentara ese mismo trance, aunque luego a él le quedasen muy pocas cartas que jugar. Que tras las graves derrotas del 25-S en Galicia y País Vasco, todavía defendiera su ‘derecho’ a liderar un gobierno alternativo al PP, mientras desde el PSC se solicitaba para ello el concurso de los independentistas, sólo puede entenderse como un movimiento a la desesperada.</div>
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El reventón ha sido inevitable y a Sánchez le ha faltado un día para explicarse mejor. La noticia de la pérdida final de un escaño del PNV en favor de Bildu, conocida en plena refriega socialista, posibilita una nueva aritmética vasca. ¿Habría defendido Sánchez unir los votos del PSE a Podemos y Bildu para favorecer el ‘cambio progresista’ frente a la derecha vasca del PNV, el afín ideológico al PP, con quien animaba a Rajoy a pactar su investidura, para luego tener él la libertad de hacerlo? Si la posición socialista era y es favorecer la gobernabilidad vasca, aun condicionando al PNV, contra Podemos y Bildu, también se puede hacer lo mismo en Madrid atendiendo al nuevo escenario político español que ya no es bipartidista. Hacer una política y la contraria, aquí o allá, con el único argumento del intercambio de cromos, es posiblemente la razón de fondo que explica el actual reventón del PSOE. La pendiente ahora es dificultosa de subir, pero cuanto antes se afronte el trabajo mejor para todos.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 5 de octubre de 2016</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-3171164796421740372016-06-27T17:59:00.000+02:002016-06-28T13:46:38.236+02:00Hora de decisiones<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-LAz4RjVSkHw/V3FNVbZ3FsI/AAAAAAAAHQ8/XfazO5EwV-cCOb3VGJI_ElAf6emPWKJagCLcB/s1600/AFP_CG8TH_20160627003844-235-kZFI-U402759280388CBH-992x558%2540LaVanguardia-Web.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-LAz4RjVSkHw/V3FNVbZ3FsI/AAAAAAAAHQ8/XfazO5EwV-cCOb3VGJI_ElAf6emPWKJagCLcB/s320/AFP_CG8TH_20160627003844-235-kZFI-U402759280388CBH-992x558%2540LaVanguardia-Web.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Las elecciones del 26-J han sido históricas, fundamentalmente porque ha habido que repetirlas. Tras el recuento, llega la hora de las decisiones, ya no cabe marear la perdiz. La dificultad no estriba realmente en los números, que sabíamos resultarían de nuevo endiablados, y ni siquiera en las variables a controlar, que las tenemos muy claras después de lo visto y vivido desde el 20-D. El verdadero problema estriba en la falta de credibilidad de nuestros actores políticos en este tiempo nuevo, cada vez más imprevisible y turbulento, como acaba de evidenciar el Brexit.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">Digámoslo claro. El PSOE no tiene credibilidad como alternativa de gobierno, por mucho que haya insistido Pedro Sánchez en lo contrario, responsabilizando a otros de su propio fiasco. Podemos no tiene credibilidad como nueva socialdemocracia, aunque sepa comerciar con su travestismo ideológico. Los nacionalismos carecen de credibilidad para garantizar la estabilidad o el cambio político. El PP no tiene credibilidad para la regeneración democrática, por más que no sea el único partido sacudido por la corrupción. Ciudadanos ha conseguido despertar dudas acerca de su ambición, madurez y el papel de justiciero que se atribuyó para no perder protagonismo, y lo ha cedido.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Les conocemos bien, mejor que antes, pero lo principal tampoco son los nombres, aunque algunas fórmulas de gobierno puedan acabar dependiendo de ellos. Las posibilidades se cuentan con una mano. 1) Gobierno en solitario del PP, como partido más votado al alza, con abstención del PSOE y C’s. Sería un ejecutivo muy débil e inviable a medio plazo, y no lo quiere ni Rajoy, no hace falta que se lo diga Rivera. 2) Gobierno PP-C´s con abstención del PSOE. Se antoja como un gobierno débil pero viable, con el sacrificio quizá de Rajoy. 3) Gobierno PP-PSOE. Un gobierno fuerte, pero escasamente creíble, que aparecería como blindaje de los viejos partidos del bipartidismo, dispuestos a seguir adelante, como si no hubiera pasado nada. 4) Gobierno PP-C´s-PSOE. Gobierno muy fuerte y creíble, dentro y fuera de España, con distintas posibilidades de liderazgo, pudiéndose imponer la opción del partido minoritario como última salida para lograr la coalición, aunque aritméticamente sea irrelevante.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Y 5) Gobierno PSOE-Podemos. Un gobierno con suficiente mayoría parlamentaria, con el apoyo de los nacionalistas, pero que –independientemente del orden de los factores– se hace muy difícil, más aún después del Brexit. Lo que no tiene sentido es la fórmula PSOE-C´s-Podemos, lo único que intentaron los socialistas tras el 20-D, para no tener realmente que decidir. Sometidas más que nunca a los efectos caprichosos de la ley D’Hondt, las cuentas de las urnas facilitan o complican las cosas, según se mire, pero ha llegado la hora de las decisiones. La posibilidad de un gobierno moderado y reformista que afronte con prudencia pero sin miedo los cambios que requieren la España y Europa actuales, está al alcance de la mano, si en lugar de qué hay de lo mío, se piensa por una vez en lo común.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 27 de junio de 2016</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-71270650398212501422016-05-29T17:37:00.000+02:002016-05-29T17:37:30.118+02:00Espíritu de resistencia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-m73-yQlYEHM/V0sMFTihLqI/AAAAAAAAHQg/tH2OAv0355wsZ9YHT6RiwBGEhIgJOCzTQCLcB/s1600/susana-diaz-y-pedro-sanchez_560x280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="160" src="https://3.bp.blogspot.com/-m73-yQlYEHM/V0sMFTihLqI/AAAAAAAAHQg/tH2OAv0355wsZ9YHT6RiwBGEhIgJOCzTQCLcB/s320/susana-diaz-y-pedro-sanchez_560x280.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;"><div style="text-align: justify;">
Las nuevas elecciones del 26-J constituyen para todos una auténtica prueba de resistencia. Primero para los ciudadanos, obligados a cargar con la cruz de sus inoperantes políticos y que se hallan descorazonados y al borde del agotamiento, hasta el punto de faltarles las fuerzas, si no las ganas, para ir de nuevo a votar; de ahí que la abstención vaya a resultar clave en estos comicios. Y segundo para los propios políticos, que vuelven firmes a la carga después del primer embate, con voluntad de resurrección o cuanto menos con esperanza de recuperación, resistiéndose con mayor o menor habilidad a desaparecer o a ser destruidos.</div>
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Resistir es vencer. “La guerra se pierde cuando da uno la guerra por perdida. El vencedor lo proclama el vencido: no es él quien se erige en vencedor. Y mientras haya espíritu de resistencia, hay posibilidad de triunfo”. El pensamiento es de Negrín, expresado en 1938, pero condensa bien la actitud mantenida por Pedro Sánchez desde el 20-D. El problema de Sánchez, responsable principal de la nueva cita en las urnas, es que su guerra ni siquiera es electoral, es personal, y eso parecen tenerlo claro muchos dentro del PSOE. El 26-J es su última oportunidad, que puede acabar esa misma noche con el recuento de votos.</div>
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Sánchez se ha mostrado capaz de repetir el mismo discurso una y otra vez, sin aceptar que el ‘no’ se lo den a él y no él, pero cada vez le queda menos espacio donde jugar. La alianza de Iglesias y Garzón rompe la idea de transversalidad defendida inicialmente por Podemos, y a la que se había aferrado Sánchez para defender su imposible acuerdo a tres. El debate vuelve así a situarse en el eje ideológico izquierda/derecha para complicar mucho más las cosas a los socialistas. Si el PSOE para ganar terreno se afanó en tildar de derechas a C’s en la campaña del 20-D, ahora por la misma razón el PP califica a los naranjas de izquierdas aunque acabará pactando luego con Rivera como hizo Sánchez.</div>
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El pacto PSOE-C’s de la fallida investidura ha dejado a Pedro Sánchez sin discurso ideológico. Abandonada la vía portuguesa –el acuerdo puro y duro con Podemos– continúa apelando a la necesidad de ‘echar a Rajoy’, como principal elemento diferenciador de su mensaje, aunque paradójicamente el socialista se presenta a sí mismo como paladín del reformismo, la sensatez y la moderación, lo que ha venido constituyendo hasta ahora el discurso del PP. En la precampaña ha invocado también a Adolfo Suárez y su famoso “puedo prometer y prometo”, para incomodidad de Rivera, quien ya había resucitado su herencia. ¿Pretende acaso Sánchez hacerse con el liderazgo del centro-derecha? Así es difícil que el PSOE aguante.</div>
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Resistir es vencer, también para Rajoy, al que han dado por muerto demasiadas veces. Desde luego no ayuda a su sustitución al frente del PP el hecho de que quienes más la reclamen y hablen de regeneración dentro del partido sean los antiguos cachorros de Aznar o Aguirre, dispuestos de inmediato a utilizar su olfato político para emprender la caza. Con ellos se reeditaría posiblemente en el PP lo que se ha visto en el PSOE tras la salida precipitada de Rubalcaba. Es triste que el debate sobre la regeneración política, tan necesario, acabe siendo instrumentalizado en beneficio de otros intereses. Y que quienes la propugnan sinceramente no sepan, a la hora de concretar, hacia donde tirar, perdiéndose en postulados contradictorios. De ahí que ni interese hablar verdaderamente del tema.</div>
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¿Qué nos van contar entonces en la próxima campaña, qué nuevo espectáculo pueden ofrecer después del que ya han dado? ¿Van a ser claros siquiera los partidos respecto a las alianzas de gobierno? PP y Podemos se muestran confiados en que tensando los extremos mejorarán sus resultados. Con o sin ‘sorpasso’ de Unidos Podemos, podría suceder que los socialistas no sean esta vez determinantes. Si el PSOE sufre un nuevo descenso a los infiernos con Sánchez, éste se vería forzado a dimitir y se afrontaría de inmediato un Congreso que permitiese al partido recuperar, además de la credibilidad, su identidad.</div>
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Nadie exige al PSOE que entre en un gobierno de coalición, y menos con PP y C’s, basta con que se abstenga en la investidura, llegado el caso. Si resiste, el PSOE puede aspirar desde el centroizquierda a condicionar necesariamente las grandes reformas estructurales que el país necesita, y que no son las que llegaran a resultar de las coincidencias accidentales de todos contra el PP. Ejercer una doble oposición, al gobierno y a la izquierda radical, como la que podría verse obligado a ejercer el líder socialista, sea quien fuere, es suficiente responsabilidad y servicio al país en la actual coyuntura para cualquier político auténticamente resistente.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 29 de mayo de 2016</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-27852928666405916372016-03-13T17:26:00.000+01:002016-03-13T17:26:59.616+01:00El uso partidista de la investidura<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-VdKnZQJpZWo/Vt774ry4P4I/AAAAAAAAHOo/49PEveU6OJY/s1600/Investidura%2BPS.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://1.bp.blogspot.com/-VdKnZQJpZWo/Vt774ry4P4I/AAAAAAAAHOo/49PEveU6OJY/s320/Investidura%2BPS.jpg" width="320" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">La investidura es un acto eminentemente político orientado a la formación del Gobierno que sólo puede saldarse con el éxito o el fracaso. En ese sentido, es también un acto performativo, aunque por lo presenciado hasta ahora, se ha prescindido del resultado, que no de la teatralidad, para más allá de su finalidad hacer un uso partidista de la investidura. Así ha sucedido con el fiasco de Pedro Sánchez y no parece que vayan a cambiar las cosas en los próximos dos meses. Para agotamiento de los electores, sufridos destinatarios de un conflicto de relatos sobre el responsable último de semejante desatino.</span><br />
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<span style="color: #444444;">La primera cuestión que habría que aclarar, es el papel que algunos atribuyen al Rey, paradójicamente los defensores de la nueva política, o quienes buscan subirse a su carro. El Rey no nombra al jefe de Gobierno, como sucedía en el viejo turnismo de la Restauración, ni siquiera lo propone, por lo que algunos argumentos sobre el ‘no’ de determinados políticos al Rey, léase Rajoy como si de un nuevo ‘no de Maura’ se tratara, están fuera de lugar. Por lo mismo, el Rey tampoco ha mostrado particular inclinación por Sánchez, ni éste puede invocar su atrevimiento de someterse a la investidura como justificación para bloquear en adelante cualquier otra alternativa.</span></div>
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<span style="color: #444444;">El Rey ya ha manifestado que no propondrá nuevo candidato, hasta que no tenga conocimiento de un acuerdo entre partidos que reúna garantías. Las posibilidades reales son las mismas del primer día. Empeñarse en ampliar el acuerdo fracasado PSOE-C’s a Podemos o al PP, da lo mismo, pero con Sánchez como presidente sí o sí, como si ese fuera el mandato de las urnas o del Rey, sería prolongar el uso partidista de la investidura no se sabe bien con qué provecho final, ni siquiera para el actual líder socialista.</span></div>
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Se puede entender o defender que Sánchez renuncie al pacto de izquierdas –al que miró primero– para asentar una imagen de centralidad desde el centroizquierda (donde se asegura el poder) como seña de identidad del PSOE. Pero esa estrategia, a la vista de los números, es incompatible con la exclusión obsesiva del PP. Que la vieja política ‘anti-PP’, ‘echar al enemigo’, desalojar a Rajoy, sea el gran argumento con que el PSOE de Sánchez pretenda recabar gratis el apoyo a su izquierda, resulta a estas alturas enormemente simplista y decepcionante. Que C’s, por su parte, continuase reclamando la abstención del PP en una renovada apuesta por Sánchez como director de orquesta de la política española, en lugar de trabajar realmente por la gran coalición desde el respeto a la lista más votada, como se propuso inicialmente, sólo tendría sentido en clave de nuevos comicios.</div>
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Unas nuevas elecciones son inciertas para todos, pero una reafirmación del ‘acuerdo histórico’ PSOE-Ciudadanos revelaría una clara apuesta electoral. Arriesgada, sin duda. La voluntad de ambos partidos de situarse en el nuevo centro político, un doble centro que acabaría relegando a Rivera al centroderecha, contrariamente a la voluntad de Adolfo Suárez, a quien invoca, que nunca renunció al centroizquierda, entendido como reformismo progresista, que ahora reclama Sánchez. No se trata de presentarse juntos a las elecciones –como pretende descalificar Rajoy– sino de confiar en que el PP no resista al nuevo envite electoral –asediado por la corrupción– y acabe explosionando, como sucediera con UCD, contingencia que les beneficiaría a ambos. </div>
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Esa esperanza –por inverosímil que pueda parecer– es lo que realmente les une, mucho más que las 200 reformas para España. Explotar en beneficio propio la imagen de coraje y responsabilidad política en favor de los intereses generales, que se ha querido trasladar en el fallido proceso de investidura, proyectando sobre PP y Podemos la actitud cicatera del bloqueo persistente por simples ambiciones personales. Hacerse con una parte sustancial del electorado del PP y evitar el sorpasso de Podemos. Si al final la suma de PSOE y C’s roza o alcanza la mayoría absoluta, y pueden gobernar en coalición, el uso partidista de la investidura habrá resultado un éxito. </div>
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En eso parece consistir la Segunda Transición, en un nuevo escenario de cuatro partidos, donde PP y Podemos acaben representando a la vieja AP y al PCE, C’s a la UCD y el PSOE, en riesgo de desaparición, siga siendo el PSOE. ¿Para acabar reeditando el bipartidismo, esta vez con alternancia pacífica en el poder? La frivolidad adolescente con que los políticos más jóvenes han aludido a la Transición en el debate de investidura es la nota menor del espectáculo ofrecido. Únicamente las encuestas de opinión durante las próximas semanas podrán evitar unas nuevas elecciones. Sólo si las tendencias de los sondeos se revelan contrarias a los intereses partidistas o de determinados líderes, asistiremos a movimientos inmediatos conducentes a una investidura exitosa. En nombre del bien común y de España, por supuesto.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 13 de marzo de 2016</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-70107759151618063462016-03-01T20:05:00.000+01:002016-03-08T17:25:14.178+01:00Juegos de investidura<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/7Eh3zZtOy3M/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/7Eh3zZtOy3M?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<br /></div>
Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-63668144095323695502016-01-15T18:06:00.000+01:002016-01-15T18:06:42.312+01:00Política y confusión<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-e7ul_2efcIg/VpkmY5j8bUI/AAAAAAAAHN8/qb8PMXuM29o/s1600/Land-Of-Confusion.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="167" src="http://1.bp.blogspot.com/-e7ul_2efcIg/VpkmY5j8bUI/AAAAAAAAHN8/qb8PMXuM29o/s320/Land-Of-Confusion.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #444444;">La política española se ha vuelto interesante, confusa y perturbadora. Para bien o para mal se han despejado algunas incógnitas, pero es difícil ver con claridad y hay cosas que causan perplejidad. En Cataluña el independentismo, que dice servir a un mandato popular, ha llegado in extremis a un acuerdo de gobierno para evitar unas nuevas elecciones, que temían más que al Tribunal Constitucional. Artur Mas ha dado un paso atrás, no para salvar el proceso sino a su partido –expresión como ninguno de la vieja política– de la ruina total. Contra la corrupción, más nacionalismo, y aprovechando la confusión los ladrones corren a ponerse a salvo. Si cuesta entender el apoyo final de la CUP al sucesor de Mas (el mismo alcalde de Girona a quien ellos denunciaron en los tribunales), tampoco es una garantía de nueva política el apoyo generalizado al ‘derecho a decidir’ que abandera Podemos, buscando reforzarse con fuerzas nacionalistas como ya hiciera el PSOE en tiempos de Zapatero.</span></div>
<span style="color: #444444;"><br /><div style="text-align: justify;">
Mientras PP, Ciudadanos y PSC están juntos por primera vez en Cataluña, ¿por qué se antoja imposible que puedan afrontar juntos desde el Gobierno de España el reto secesionista y otros desafíos que comprometen al país? Vivimos en tiempos confusos y rodeados de políticos confundidos, por lo que el espejismo de las negociaciones mantenidas para la constitución del Congreso, no debe hacer pensar que estemos ya en la antesala de un acuerdo para el Ejecutivo. Las aritméticas del 20-D complican el asunto, pero la dificultad no está en que haya muchas personas o cosas para discutir, sino en que se confundan una vez más las verdaderas motivaciones e intereses de los actores. El PP se aferra para gobernar a que ha sido la lista más votada, pero no es un argumento suficiente cuando el sistema electoral no prima esa circunstancia. Lo paradójico es que, aun así, y habida cuenta de la incapacidad manifestada hasta ahora por los populares para el diálogo, podrían continuar liderando el gobierno.</div>
<br /><div style="text-align: justify;">
Podemos ha apretado desde la misma noche electoral al PSOE, estableciendo exigencias que exceden las posibilidades prácticas (no ya teóricas) de los socialistas, contando como tiene el PP la fuerza suficiente (más de 117 diputados y control del Senado) para bloquear cualquier reforma constitucional, e Iglesias lo sabe. Su objetivo inmediato no es ser segundón en un gobierno con los socialistas sino dar caza al PSOE y convertirse al menos en la primera fuerza de la oposición. La pataleta de Podemos al ver frustrada su inverosímil pretensión de formar cuatro grupos parlamentarios, haciendo responsable al PSOE de una previsible falta de entendimiento para forjar un gobierno alternativo al PP, es simple actuación. Podemos sabe hacer buenas campañas y remontadas, pero eso no es nuevo en la política española, y pese a su cacareada ‘segunda transición’, persisten las dudas de que ese tránsito, con ellos, vaya a ser de la democracia a la democracia, colmando el sentido deseo de regeneración política que albergan los ciudadanos.</div>
<br /><div style="text-align: justify;">
El PSOE no tiene una fácil salida desde la posición en que ha quedado tras el 20-D. No se pueden obviar las razones del surgimiento de los nuevos partidos, pero no es lo mismo caer desde el cielo, como le ha sucedido al PP, pues lo esperable es un efecto rebote, que hundirse desde su suelo, lo que es sinónimo de entierro. Esta es la lectura que han hecho los barones del PSOE de los resultados, dando a Pedro Sánchez por amortizado. Éste se afana por erigirse en la palanca del cambio, colocándose en el centro entre la nueva derecha de Rivera y la nueva izquierda de Iglesias, obnubilado Sánchez por ningunear al PP, y está dispuesto a morir en el intento, aunque no consiga confundir a nadie. Robándole el discurso a C’s, que ha venido esforzándose con mayor o menor éxito por resucitar el centro reformista y progresista del CDS de Adolfo Suárez, únicamente conseguirá dar la puntilla al PSOE, lo mismo que si se entregara ingenuamente a Podemos. </div>
<br /><div style="text-align: justify;">
Por otra parte, una gran coalición PP-PSOE se tomaría como blindaje del bipartidismo y del estado actual de cosas. Y hay mucho que cambiar. Un entendimiento PP-Ciudadanos-PSOE, sin necesidad de entrar en el gobierno, haría del PSOE la izquierda responsable con iniciativa que condiciona necesariamente las grandes reformas de la España del siglo XXI, corrigiendo el punto de mira del PP y dejando a Podemos en el papel de populismo radical, sin capacidad de erigirse en alternativa real de gobierno. Unas nuevas elecciones inmediatas no beneficiarían más que al PP y a Podemos, y no ayudarían en consecuencia a acometer con realismo y decisión los verdaderos problemas e intereses colectivos, una tarea que requiere el concierto y sentido de la moderación que han regido los mejores momentos de nuestra historia, frente a los períodos de desorden y confusión.</div>
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: right;">
Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 15 de enero de 2016</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-33949813543032487012015-11-10T18:02:00.000+01:002015-11-10T18:02:32.203+01:00Día 111: ¿cambio o futuro pasado?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-bcfkTQG1-mQ/VkIjDzrEFnI/AAAAAAAAHNY/PWLeEUU8BuE/s1600/dia%2B111%2BBarkos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="118" src="http://4.bp.blogspot.com/-bcfkTQG1-mQ/VkIjDzrEFnI/AAAAAAAAHNY/PWLeEUU8BuE/s320/dia%2B111%2BBarkos.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Lo bueno de cruzar la frontera de los 100 días que se conceden a todo gobierno para que presente resultados y se someta a las críticas, es que enseguida se llega al 111, un número cargado de simbolismo y esperanza. El 111 se considera un multiplicador del flujo de energía, el umbral de las oportunidades, el número de los ángeles, asociado al optimismo, la motivación, los nuevos comienzos. Este ha sido el mensaje del Gobierno Barkos, presentándose como el artífice de un nuevo despertar de Navarra, de una nueva sensibilidad y hacer políticos. Pero, volviendo a la experiencia de los 100 días, la pregunta es: ¿responden éstos a un auténtico cambio o a simple ‘futuro pasado’? Esta segunda categoría, acuñada por el historiador y sociólogo alemán Koselleck, ilustra muy bien el tipo de discursos y prácticas donde el horizonte de expectativa, lejos de desplegarse en un haz de iniciativas, no sobrepasa los límites del propio espacio de experiencia.</span></div>
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<span style="color: #444444;">El primer reflejo del nuevo gobierno ha sido pisar el freno, antes que el acelerador. Detener, paralizar, congelar, lo que es más propio de un gobierno conservador que de uno que se quiere progresista. El parón del tren de alta de velocidad, del canal de Navarra, del aprendizaje del inglés: esas medidas inmediatas vuelven a identificar nacionalismo con reacción a la modernización, como sucediera con Sabino Arana, lo cual debería preocupar al primer gobierno nacionalista de Navarra, a no ser que realmente aspire a un futuro pasado. El cambio parece haberse agotado en el hecho mismo del cambio, creándose después una extraña sensación de vacío. Como si una vez desalojado a UPN del poder, no se supiese qué hacer, o no se pudieran conciliar ideas contrarias que tienden a anularse entre sí, y hubiese que ganar tiempo a base de estudios estratégicos y revisiones del pasado.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Lo difícil no es imponerse en unas elecciones, ni muñir alianzas cuando no se han ganado realmente. Lo complicado es gobernar. No tiene sentido continuar haciendo oposición a la actual oposición desde el ejecutivo. Insistir en lo mal que lo ha hecho UPN no otorga credibilidad al gobierno cuatripartito. A los regionalistas se les puede acusar de rancios, si se quiere, en lo político y en lo cultural, pero en lo social y en lo económico su gestión ha sido modernizadora, como viene a reconocerse de hecho cuando el actual gobierno, deseoso de sumar, se apropia el mérito de acciones dejadas preparadas por el anterior, como la ampliación de la dependencia. Eso también es futuro pasado. El problema es que el cambio no consiste en lo que el gobierno se ha prodigado, palabras y palabras, pura semántica aplicada a la política, construida sobre significantes vacíos y referentes erróneos, como ha traducido su discurso sobre las víctimas, que carente de verdadera sensibilidad, lejos de dirigirse a todos los navarros, se orienta al propio espacio nacionalista, con la satisfacción de quien habla escuchándose a sí mismo.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Desde antes ya de ser proclamada presidenta, Barkos insiste en la distinción entre gobierno y parlamento. No es un recordatorio de la separación de poderes, sino una forma ingenua de querer preservar a sus consejeros de las tensiones del cuatripartito y de situarse ella particularmente por encima del bien y del mal, como un espíritu puro. Como si nada tuviera que ver con las iniciativas promovidas por los partidos que la sustentan, sea la ley de símbolos o el debate sobre el derecho a decidir, dentro o fuera de la Transitoria Cuarta. Futuro pasado de estricta significación nacionalista en lo cultural y lo político, y que sólo provoca desunión, como se verifica en Cataluña. ¿Tiene sentido una comunidad o país con dos banderas? O planteamos sustituir una por otra, o creamos una nueva combinando las dos. ¿Por qué no se propone directamente ese cambio? La transparencia en las ideas no es menos deseable que la que afecta a la declaración de bienes, donde el cambio parece haber ido también hacia atrás.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Pasados los 100 días el único proyecto efectivo del cuatripartito es que el propio cambio se consolide ante la opinión. El anuncio de una candidatura conjunta al Senado como respuesta al pacto UPN-PP así lo demuestra, aunque ello atraiga sobre Geroa Bai y la presidenta la imagen de una radicalización a la catalana, que se vuelve contra la pretendida centralidad y moderación iniciales. La confianza de imponerse en cualquiera de sus posibles formas el próximo 20-D, a modo de una segunda vuelta de las pasadas elecciones forales, es lo que anima a unos y otros en el día 111. Un número angélico que contiene una señal: que las propias ideas y pensamientos se están convirtiendo en realidad. El cuatripartito y la presidenta Barkos saben que si en las generales se afianza la imagen de cambio, el conformismo –con todo lo que tiene de control social– acabará instalándose rápidamente en Navarra.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 10 de noviembre de 2015</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-11058990754118020732015-10-25T11:28:00.000+01:002015-10-26T17:54:26.107+01:00Política de gallos y perro viejo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-9lWLFLO5B8s/ViyuTsUgUeI/AAAAAAAAHNE/dRfYllK72VU/s1600/gallos%2Bperro%2Bviejo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://3.bp.blogspot.com/-9lWLFLO5B8s/ViyuTsUgUeI/AAAAAAAAHNE/dRfYllK72VU/s320/gallos%2Bperro%2Bviejo.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">La legislatura ha llegado a su fin, y el cuadro que cabe contemplar después de estos cuatros años se antoja –si no surrealista– difícil de catalogar y, en cualquier caso, mucho más sombrío de lo que cabía esperar a su inicio. Como viento impetuoso, la crisis se llevó por delante a un gobierno del PSOE, pero la segunda experiencia de mayoría absoluta del PP, conducida bajo la bandera de la recuperación, lejos de suponer una nueva Pentecostés, está a punto de trastocar todo el sistema político. Sin duda la actitud despiadada del nacionalismo catalán, buscando aprovechar la supuesta debilidad de España en esta coyuntura complicada, ha contribuido decisivamente al punto de llegada. Lo que llama la atención, es que pese a todos los cantos elevados a la nueva política, el debate actual y la campaña que nos espera, no responda más que a una política de gallos y perro viejo, como si lo que se estuviera dirimiendo es el futuro particular de unos pocos y no el de la comunidad o nación, o lo que quede de ella. Poco realmente, si no somos capaces de centrarnos en el proyecto de convivencia, que no cabe reducir al modelo de Estado.</span></div>
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Los partidos emergentes, o sus estrellas políticas, se han puesto gallitos, más de la cuenta, quizá porque en su fuero interno temen desfallecer en la recta final o perder la cresta de la ola. Alábate pollo que mañana serás gallo, dice el refranero. Las actitudes altivas acaban pasando factura, así parece estar sucediendo con Podemos. Su líder Pablo Iglesias descarta para las generales candidaturas de unidad popular o concertadas con otras siglas, exitosas en las pasadas elecciones municipales, creyéndose llamado a dominar en el gallinero de la izquierda y tratando con condescendencia a quienes no consigue atraer, véase al joven Garzón de IU. Los picotazos sufridos en la primera pelea de gallos librada con Albert Rivera en la mesa de un café le habrán hecho reflexionar. Por su parte, el líder de Ciudadanos, quien en su afán incontrolado de proponer nuevas reformas anuncia hasta las que ha puesto en marcha el PP, está eufórico después del 27-S. Ya no pretende controlar el muladar del PP, condicionando un posible pacto con la derecha al desahucio de Rajoy, sino que presume de querer gobernar en minoría en solitario…, como un nuevo Suárez. Todo un atrevimiento.</div>
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Pedro Sánchez no anda a la zaga en esta política de gallos. La foto de seis metros en la fachada de Ferraz es lo nunca visto, y difícil de contemplar sin producir tortícolis dada la estrechez de la calle. Las críticas internas fortalecen su afán de afirmarse como líder del PSOE y se muestra dispuesto a subordinar a ello todo lo demás, disimulando la pérdida de votos con cualquier tipo de alianza que le permita tocar poder. Así, después de las elecciones de mayo tonteó con Podemos, haciendo gala de una memoria de gallo, es decir escasa, aunque ahora le gusta más Ciudadanos. Lo de Irene Lozano, ex de UPyD, es puro capricho. Cualquier trato menos con el PP, aunque quizá sea lo único que posibilite la aritmética. Pero nada comparable a Artur Mas, obsesionado por convertirse vivo o muerto en el nuevo símbolo de Cataluña, emulando al gallo galo. En Navarra, donde tanto sabemos de política y pelea de gallos, lo último de Esparza dejando en el aire el pacto de UPN con el PP, es nadería, aunque si al final los navarristas sólo obtienen un escaño será un fracaso histórico.</div>
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¿En qué queda realmente tanta insistencia en el nuevo modo de hacer política? ¿En la misma conquista del cielo del poder, en la preocupación por la marca de los partidos, por la imagen del líder, por el color y esplendor de sus crestas? Entre tanto gallo, Rajoy se presenta como un perro viejo, pretendiendo hacer valer su experiencia. Pero su excesiva cautela causa igualmente decepción. Se ha manifestado lento de reflejos en toda la legislatura, centrado en un único hueso, convencido de que la recuperación económica era la variable independiente que acabaría arreglando por sí misma todo lo demás. Pese a los esfuerzos semanales de la vicepresidenta por transmitir –en un lenguaje jurídico-administrativo de por sí poco comprensible– la obra reformadora emprendida, la imagen de inmovilismo se ha cernido sobre el PP. Con todo, resultan sorprendentes las últimas manifestaciones hipercríticas de Aznar hacia quien él nombró su sucesor, como si todo aquello que más daño ha hecho a los populares, no tuviera nada que ver con su persona. Con rabia, el perro muerde a su dueño, lo que resulta surrealista es que éste la emprenda a dentelladas con el animal. Queda aún por ver si Rajoy, como el perro de buena raza, hasta la muerte caza.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 25 de octubre de 2015</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-75804315237417138882015-09-01T17:31:00.000+02:002015-09-01T18:02:51.805+02:00Hermenéutica de una decisión<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-rCIlLncMOho/VeXEYTb0rUI/AAAAAAAAG2M/Wg2QPMw1Snk/s1600/Yolanda-Barcina-dimision-presidenta-UPN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="http://4.bp.blogspot.com/-rCIlLncMOho/VeXEYTb0rUI/AAAAAAAAG2M/Wg2QPMw1Snk/s320/Yolanda-Barcina-dimision-presidenta-UPN.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">La hermenéutica es el arte de interpretar textos difíciles. Textos, discursos o actos, porque hay ‘actos de habla’, en el sentido del filósofo Austin, esto es, enunciados que constituyen ya un tipo de acción –una promesa, una aceptación o una dimisión, por ejemplo–, y que requieren si cabe un esfuerzo mayor de lectura, contextualización, comprensión y explicación, precisamente por las consecuencias directas e inmediatas que esa simple enunciación acarrea. Es lo que sucede con la reciente dimisión de Barcina como presidenta de UPN, que parece haber sorprendido a todos, y a pocos convencido. Una decisión objeto ya de encontradas interpretaciones, al margen de las estrictas palabras que acompañaron su anuncio. Al hermeneuta se le permite la lectura entre líneas o la búsqueda de estructuras subyacentes de sentido, siempre que respete el estado y las propias reglas del arte.</span><br />
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<span style="color: #444444;">A nadie se le escapa que la situación de UPN es preocupante en la actual encrucijada de Navarra. El problema no es que UPN, después de una larga permanencia en el poder, haya perdido el Gobierno foral y pasado a la oposición, sino que ignore el motivo y los errores cometidos, pues entonces no sabrá cómo afrontar su nueva realidad. Lo que verdaderamente inquieta a sus militantes y a todos los ciudadanos navarros, es que después de las elecciones forales todo ha continuado exactamente igual en el partido regionalista, como si sorpresivamente nada hubiera sucedido. La derrota no ha hecho sino avivar las luchas de poder internas, que seguramente han sido la principal causa de la misma. Pretender hacer recaer sobre Barcina la responsabilidad de todos los males pasados manifiesta una enorme ceguera, además de mezquindad. Tal vez la única que al final ha comenzado a ver claro, haya sido ella, y por eso ha dimitido.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Una dimisión en política no se produce todos los días y, cuando llega, hay que valorarla. Memorable fue la de Adolfo Suárez, anteponiendo los intereses generales –España, la Corona, su propio partido– a los personales. No consiguió lo que pretendía, hacer reaccionar a su partido, la UCD, pero el gesto –visto en aquel momento como el reconocimiento de un fracaso– ha sido reconocido después. La ex presidenta navarra ya estaba políticamente desahuciada (fuera de las listas, del parlamento y del gobierno) y había anunciado su retirada con anterioridad a la dimisión. Si hubiera querido favorecer simplemente a los ‘suyos’ habría permanecido al frente del partido cuanto más tiempo mejor. Se ha pretendido justificar la polémica del verano sobre el congreso extraordinario con los argumentos de la renovación y la regeneración, cuando lo que realmente preocupa a unos y otros ante la inmediatez de unas elecciones generales (como sucediera meses atrás con las forales), es asegurar su puesto en la listas. Las reacciones inmediatas a la decisión de Barcina son bastantes elocuentes al respecto.</span></div>
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<span style="color: #444444;">La dimisión de Barcina viene a romper esa dinámica perversa y suicida. Cuando los intereses personales o de facción prevalecen sobre los generales, las organizaciones se debilitan o corrompen y acaban desapareciendo. Ejemplos elocuentes existen en nuestra historia reciente. El próximo Congreso de UPN no puede ser uno más, y menos la revancha del anterior. Está claro que los regionalistas necesitan tiempo para hablar, para interiorizar los mensajes de la ciudadanía, y aun para discrepar entre ellos en la cordialidad, si quieren realmente rehacer el partido de abajo a arriba. Un congreso de ese calado, y abierto a la sociedad, no se improvisa. Comenzar por unas primarias no es mala solución. ¿Qué problema hay? ¿No es eso lo que se pedía hace unos meses para elegir al candidato? La fórmula de la Asamblea inducida por la decisión de Barcina es exactamente eso: unas auténticas primarias –un afiliado, un voto– para elegir al nuevo líder del partido, sin otro decorado que las distraiga, donde cualquiera que quiera presentarse pueda hacerlo, sin avales ni trabas de ningún tipo, presentando a la militancia su proyecto.</span></div>
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<span style="color: #444444;">En esta coyuntura crucial, la fórmula facilita además que los debates del Congreso extraordinario, cuando se celebre, queden centrados realmente en las ideas. ¿Por qué ha de resultar provisional el nuevo líder? Que en el Congreso deba renovarse la dirección del partido no implica necesariamente que hayan de concurrir dos bloques enfrentados, menos si se ha trabajado previamente para recomponer la unidad. Si el nuevo líder elegido por la Asamblea, conocido o no hasta ahora, trabaja con cabeza y buena voluntad, sabiendo responder a las expectativas de los afiliados y a las demandas ciudadanas, ¿por qué habría de cambiársele en un futuro inmediato? La verdad del método se mide por los resultados. La decisión última de Barcina no soluciona nada en sí misma, pero permite abrir la puerta de una verdadera renovación en UPN. El no hacerlo ya no es responsabilidad de ella.</span></div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 1 de septiembre de 2015</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-81240439076145709802015-07-19T17:06:00.000+02:002015-07-19T17:06:05.977+02:00Nuevo gobierno, ¿vieja oposición?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-fKO62vYJvSM/Vau8YYaD2UI/AAAAAAAAG1g/pzXOYP-GYPU/s1600/cuatripartito.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="164" src="http://3.bp.blogspot.com/-fKO62vYJvSM/Vau8YYaD2UI/AAAAAAAAG1g/pzXOYP-GYPU/s320/cuatripartito.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;"><div style="text-align: justify;">
¿Cambio de gobierno o gobierno del cambio? Las dos cosas, aunque sea bueno proceder con orden. Lo primero ya es inmediato. El síntoma más evidente es que el saliente se apresura, y está en su derecho, a subrayar los indicadores (macroeconómicos) positivos de la herencia que deja. Veremos la lectura que hace de la misma el entrante. Por encima de los eslóganes más o menos originales u oportunistas, el cambio, en cualquier, caso se hará notar y tiempo habrá para valorarlo. Pero un cambio de gobierno como al que asistimos, es ya suficiente novedad en Navarra. Es ciertamente un hecho histórico, con independencia de cómo se haya producido o de la ilusión o incomodidad que produzca.</div>
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El cansancio posterior a los Sanfermines seguramente ha obrado en los negociadores. A primera vista los deseos de Barkos Presidenta parecen haberse cumplido. Un gobierno que no obedezca a cuotas, sin presencia de quienes tengan responsabilidades orgánicas en los partidos ni parlamentarios, y con un perfil más profesional o técnico que político. El resultado es un gabinete a su medida, el mejor de los posibles desde esa perspectiva. Hay detalles, no obstante, que no pueden obviarse. No es habitual que un gobierno se anuncie antes de la investidura del presidente. Las últimas conversaciones, el cruce de propuestas, los vetos, acuerdos y renuncias personales entre los cuatro partidos que van a apoyar al nuevo gobierno, han resultado más incisivas y decisivas que el largo pliego programático suscrito con anterioridad. No estamos ante un gobierno que vaya a nombrar libremente Uxue Barkos, ni tampoco puede decirse que se le haya impuesto contra su voluntad. Buscando evitar los errores de la legislatura pasada, se evita hasta la denominación de gobierno de coalición, pero ello no quiere decir que hayan desaparecido los lobbies políticos, y va a ser complicado prescindir de la idea de contentarlos a todos.</div>
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Forcejeo sin duda ha habido con Bildu, que está presente en el gobierno anunciado, y en un puesto relevante y cargado de simbólica, aunque no obtenga la vicepresidencia que buscaba, ni figure en él finalmente la ‘vieja guardia’ representada por Araiz. Geroa Bai, como era de esperar, se convierte en la médula del gabinete. Se ha presentado a los dos vicepresidentes como pesos pesados del mismo. Depende como se mire, pues el hecho posiblemente obedezca también a razones más simbólicas que políticas o de eficiencia organizativa. Dos vicepresidencias mejor que una, incluso como argumento para apartar a Bildu de ellas. Las responsabilidades asociadas a las mismas –políticas económica y social– son la manera más práctica de alejar el fantasma del nacionalismo vasco, queriendo transmitir que son otras las prioridades del próximo gobierno, y que es posible otra política en los ámbitos donde se ha cebado la crisis con los ciudadanos.</div>
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El peso político que tiene el todavía presidente del PNV en Navarra, no se corresponde con el del nuevo vicepresidente responsable de asuntos sociales: un teórico, buen conocedor de la materia, pero sin experiencia alguna hasta el momento en gestión pública, que llega al cargo con las mejores intenciones, a propuesta de I-E. Mucho mayor peso objetivo manifiesta el nuevo consejero de Educación, bien conocido en medios culturales y editoriales vasquistas, y con contrastadas habilidades comunicativas. Tendremos que esperar para comprobar el destino de la subida de impuestos que pondrá en marcha la vicepresidencia económica, y que de entrada poco entusiasmo puede producir en Navarra, cuando se ha anunciado igualmente la bajada inmediata de los mismos en el resto de España. Está por ver si ese aumento de recursos, con el viento a favor de la recuperación en marcha, tendrá como finalidad preferente la reducción de la brecha social, o irá más directamente a la financiación de la extensión por decreto del euskera en la educación navarra.</div>
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Es saludable, en todo caso, la incorporación a la política de profesionales provenientes de la sociedad civil, no sólo de la universidad, aunque sólo sea por la renovación del bestiario político que ello acarrea. A todo gobierno hay que concederle cien días. Y éste los necesita para que puedan engrasarse las piezas, funcionen los goznes y prevalezca el aceite del sentido común en la nueva etapa que se abre, llena de incertidumbre política. El pragmatismo, la búsqueda de la centralidad, la voluntad de gobernar para todos no se sostienen únicamente con el discurso. La oposición tiene también nuevas responsabilidades que afrontar. Que el portavoz perpetuo de UPN haya respondido al anuncio del nuevo gabinete, descalificándolo como el ‘gobierno de la venganza y el rencor’ no es el mejor signo de que la formación regionalista haya entendido la nueva tarea que tiene por delante, y la urgencia de acometerla con acierto. Reproducir los modos y actitudes de la anterior oposición, supondría un nuevo resbalón del partido regionalista. A nuevo gobierno, nueva oposición.</div>
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Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 19 de julio de 2015</div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1647309196196722741.post-15419798072883420942015-06-26T10:02:00.000+02:002015-06-26T10:04:46.765+02:00Movimientos para un gobierno<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-8b_Z5_masWk/VY0HeSV9JLI/AAAAAAAAG08/zbHMZfTxJHs/s1600/Barkos%2Bbildu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="178" src="http://2.bp.blogspot.com/-8b_Z5_masWk/VY0HeSV9JLI/AAAAAAAAG08/zbHMZfTxJHs/s320/Barkos%2Bbildu.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="color: #444444;">Los ciudadanos votaron, la ley electoral hizo su trabajo y los resultados son los que son. La hermenéutica y la cocina corresponden a los políticos, que tienen que determinar y negociar el mejor de los gobiernos entre los posibles. Entre los posibles en la práctica a día de hoy. Habría fórmulas novedosas sugeridas por la simple lógica aritmética (UPN+GB+PSN) que, sin embargo, son inviables por la misma disposición de los partidos y de la concepción que han alimentado de la cultura política navarra. Pero afortunadamente la cultura política es un hecho social que evoluciona y se transforma con la propia sociedad; y a todos corresponde la responsabilidad de no reducirla a la lógica partidista o a parámetros puramente ideológicos que pudieran consagrar un escenario de permanente conflicto o enfrentamiento entre culturas o subculturas políticas que acaben vaciando de sentido el referente comunitario y la propia especificidad navarra.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Llamó la atención que Geroa Bai se adelantase y no dejase a la fuerza más votada la iniciativa de contactar con las demás fuerzas para intentar formar gobierno. Aunque esas conversaciones hubiesen durado media mañana, el ritual democrático debe cumplirse ceremoniosamente. Los ciudadanos no han votado un gobierno cuatripartito (no se presentaron en coalición), ni el gobierno puede fundarse sobre un programa basado en la teoría de conjuntos que, a base de uniones e intersecciones, deje desatendidos o diluya los verdaderos problemas y necesidades actuales. Las llamadas fuerzas del cambio lo saben. Es más fácil ponerse de acuerdo para desalojar a la derecha regionalista del poder (máxime cuando ésta ha hecho suficientes méritos para ello), que conseguir conciliar planteamientos políticos, económicos y sociales contrapuestos, como son los que figuran en sus respectivos programas.</span></div>
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<span style="color: #444444;">GB arriesgó mucho en una campaña donde lo que podía parecer un excesivo personalismo se postulaba como voluntad de liderazgo del cambio. Ha conseguido ser la segunda fuerza, pero está por ver si será capaz de hacer valer sus planteamientos. Bildu anunció la misma noche electoral quién sería el próximo alcalde de Pamplona, y su poder con el apoyo de GB se ha extendido por los principales municipios navarros. Un movimiento y un argumento que puede utilizarse para que Bildu no esté en el gobierno foral. Algo parecido ha sucedido con la recién llegada Podemos, elevada a la presidencia del Parlamento, y dispuesta a abrir sus puertas para dar voz a los movimientos sociales, lo que está muy bien, aunque más acorde con la nueva política sería que todos los parlamentarios se propusieran salir de su comodidad y patear la calle para pulsar, no sólo a sus bases o a sus militantes, sino para reconocer desde dentro los medios de los que puedan sentirse política, social y culturalmente más alejados, si realmente se quiere profundizar en la pluralidad y en la voluntad de entendimiento.</span></div>
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<span style="color: #444444;"><br /></span></div>
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<span style="color: #444444;">Para Bildu el poder municipal, para Podemos el Parlamento y para GB libertad para conformar y ejercer el Gobierno. Cuatro partidos son multitud. Este parece ser el próximo movimiento, y cuanto más rápido mejor, una vez se hayan convenido unas mínimas bases de gobierno. Distinto es que se permita hacerlo, pues Bildu no ha dejado de manifestar su voluntad de entrar en el gobierno y GB dispone únicamente de 9 escaños. GB tiene prisa, pero es importante lo que termine sosteniendo el papel del acuerdo, por más que el principio de realidad acabe enfrentándose luego al pensamiento mágico, pues no por el hecho de enunciar las cosas éstas se cumplen sin más. El texto pactado previamente a la constitución del Parlamento ya da en todo caso algunas pistas, por lo que dice y por lo que se cae. Por ejemplo, la exigencia de inmediata disolución a ETA, que figuraba en el programa de GB, ya no está. Primera concesión a Bildu.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Sí se alude a la condena de todas las violencias, aunque se queda corto. Si nos remontamos al golpe militar del 36, por qué no reprobar también las guerras carlistas o la violencia de la conquista de Navarra. No se puede relativizar el terrorismo de ETA durante la democracia, diluyéndolo en un mar de violencia, como si fuera un simple episodio en una larga historia que implica a todos por igual. Una cosa es no criminalizar al conjunto del nacionalismo a costa de ETA, y otra pretender inmunizarlo de esa historia de terror, por mucho empeño que ponga la izquierda abertzale en ese sentido. Semejante argumento no hace ningún favor a GB. El reciente pronunciamiento del Lehendakari vasco sobre las víctimas de ETA resulta elocuente. GB necesita a Bildu para la investidura de Barkos, pero no mucho más allá. El cisma dentro del nacionalismo acabará marcando el compás de la legislatura. Aunque siempre cabrá un segundo tempo, buscando GB la armonía con el PSN, si es que Podemos no da la nota.</span></div>
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<span style="color: #444444;">Publicado en <i>Diario de Navarra</i>, 26 de junio de 2015</span></div>
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Juan Maria Sanchez Prietohttp://www.blogger.com/profile/04665601578912052535noreply@blogger.com0