miércoles, 25 de febrero de 2009

Tensa espera


Hagan juego, señores, hagan juego. En el casino de la política española hay una mezcla de excitación y tensa espera. La apuesta de los tahúres del PSOE, Zapatero y Blanco, había sido fuerte, pero descuidos siempre hay y cuando a uno se le ve el juego que lleva, lo mejor es descartarse. Es lo que ha pasado con la dimisión forzosa del ministro Bermejo, que pasará a la historia de España como el cazador furtivo a quien le salió el tiro por la culata, sin demérito de otras pequeñas menudencias como la reforma caprichosa del pisito ministerial o el loco bailoteo que se pegó con su mujer en un mitin electoral, cuando la esposísima estaba de baja laboral aquejada de un fuerte dolor de espalda. Eso sí que merece el grito de torero, y no la papeleta que hizo en la última sesión de control al gobierno.

Se trata de un “cese voluntario”, según nos ha venido a explicar Zapatero. El ya ex ministro había puesto su cargo a disposición del presidente. No se encontraba con ánimo de enfrentarse a la huelga de los jueces ni a las cámaras. Zapatero dice que no le habría cesado de no haberse ofrecido Bermejo, por mucho que el cese fuera obligado (por aquello de la división de poderes y por la bestialidad de la caza, que ha hecho temblar a los ecologistas y casi al planeta entero). Zapatero haría lo mismo con Solbes, pero el problema es que ambos están ya tan distanciados, que el ministro ni se acerca a decirle nada, y se limita a suspirar ante los medios de comunicación lo mucho que envidia al bueno de Bermejo, que ya ha pasado a mejor vida en su calidad de ex.

En fin, toda una escuela de buen gobierno, no se vaya a apuntar el tanto de la dimisión Rajoy, aunque celebrar el hecho, evidentemente lo ha celebrado, y hasta se ha crecido presentando su partido una querella contra Garzón por prevaricación, a ver si le cae al juez un buen paquete. Pero el contraataque de Garzón no se ha hecho esperar. Se inhibe pero hay que completar la faena (la que le está haciendo al PP). Faltaba un pequeño detalle para convertir la “trama de los chorizos” en una auténtica “trama del PP”, y es lo que ha adelantado-filtrado hoy El País: la implicación del tesorero del PP, Luis Bárcenas. A ver quién tiembla ahora. Estaríamos entonces ante una trama de financiación ilegal del partido (el Filesa del PP), y para más divertimento (por supuesto de Felipe González) ante hechos que afectarían a los tiempos del PP acorazado de Aznar y Álvarez Cascos.

Garzón ha solicitado a la Fiscalía Anticorrupción que le diga en un plazo de 48 horas si debe inhibirse a favor del Tribunal Supremo ante esta posibilidad de que se encuentren implicados en la trama aforados nacionales (el tesorero Bárcenas es senador). En 48 horas, para que el impacto de la noticia bomba afecte de lleno a la jornada de reflexión electoral. (Ya es costumbre en la España reciente la presencia de algún elemento extraño o extraordinario que “facilite” la decisión del voto). Tensa espera para ver qué surte más efecto en el electorado gallego. Si las decisiones judiciales sobre la “trama de corrupción del PP” o los efectos (seguramente no menos demoledores) de la ostentación del socialista Touriño, a la que ha querido sumarse su socio de gobierno, el líder del BNG Quintana, exhibiéndose en un yate de lujo con el constructor favorecido por la Xunta gallega (la foto la descubría hoy La Nación.es). Claro que sí, las cartas boca arriba. Relájense, señores, relájense.
La suerte está echada.

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