lunes, 2 de febrero de 2009

Falta de crédito


Lo ha dicho el comisario europeo Almunia. “El crédito se ha parado en España”. Sin él no funciona la economía. Ni tampoco la política, me temo.

Ahí está el verdadero problema. Zapatero se limita a hacer eco de Obama y les dice a los bancos que no es momento de “grandes beneficios”. Faltaría. Pero el asunto es más grave. Les hemos dado mucho dinero y se lo han quedado. El crédito no fluye, no llega a las empresas ni a las familias. Los bancos no cumplen su servicio esencial. Almunia dice que no le gustaría estar en el papel de Zapatero, y nuestro presidente valiente garantiza que no se va a esconder "ni un minuto". Bravo. Todo debemos confiarlo a su fuerza y convicción, al poder mágico de su palabra. Se van a enterar esos banqueros, mira ahí los tengo. Estamos salvados, o eso parece, porque frente a las “lecciones de pesimismo del PP” el presidente sigue prometiendo, no sé si el moro, pero sí el oro. La solidaridad y las políticas sociales no van a disminuir sino todo lo contrario, repite una y otra vez, y eso no sale gratis, claro.
Seguro que las lecciones de republicanismo cívico que recibe e imparte Zapatero están al tanto de la reflexión y debate actual de los filósofos acerca de los deberes y compromisos que las generaciones presentes contraen con las futuras. Es estupendo tenerlo en cuenta a propósito del cambio climático, pero no nos olvidemos de hacerlo con el crédito. El crédito fácil sólo fluye de los bolsillos de Zapatero, que da la casualidad que no son los suyos sino los nuestros, los del sufrido contribuyente. Zapatero no sale gritando “¡enriqueceos!”, como hacían los liberales franceses de los años 1830 o los socialistas españoles de los 1980 en tiempos de vacas gordas. Ahora se trata de repartir miseria y lo más que se le ocurre decir es “¡consumid (estúpidos), consumid!” (eso de estúpidos únicamente se dirige en voz alta a los pesimistas del PP, que nos arrastran a todos). Pero el mensaje no pronunciado que Zapatero suelta a todos los ciudadanos españoles, a base de echar mano del déficit público y aquí no pasa nada, está claro: “¡endeudaos!”, y el que venga detrás que arree. Eso sí, que no cunda el pánico, que es fatal para la economía.

La falta de crédito afecta también a los partidos. Estamos lejos de unas elecciones generales (a menos que se produzca una debacle) y las encuestas son menos fiables que de costumbre. Pero la gente se desmarca de los dos grandes partidos. Del PSOE por la crisis general y del PP por su crisis particular. Dos millones de votos –según una encuesta de La Razón publicada hoy– les dan la espalda para refugiarse en el desencanto de la abstención o para caer en las sacas de los arribistas de última hora (la UPyD de Rosa Díez o la IU de Cayo Lara). Como no reaccionen PSOE y PP, a este paso esa sangría de votos les deja sin liquidez, y a ver qué nos encontramos en las próximas Cortes de esta España nuestra de las banderías. Que la crisis castigue al gobierno es lógico, pero que en estas la oposición esté como está es mucho más grave, y no se entiende.
Rajoy está en entredicho. No es su pellejo el que está en juego, sino la credibilidad de la entera oposición, de cuya fuerza se precisa para el correcto funcionamiento de las instituciones y de la misma democracia. Aguirre ha anunciado hoy su disposición a aceptar la comisión de investigación en la Asamblea de Madrid sobre los espías. Lo ha hecho poco antes de que comenzara la reunión de los pesos pesados del PP convocada por Rajoy para tratar, entre otros asuntos, de ese tema que desangra a su partido, y le imposibilita para ejercitar su tarea y presentarse como alternativa. Rajoy le había pedido sin éxito a la presidenta madrileña que aceptara esa comisión en sede parlamentaria. Sólo cuando se ha sentido acorralada, ha aceptado Aguirre hacerlo.

No es admisible ese juego, ni se comprende bien que se deje ahora en suspenso la investigación interna puesta en marcha por la secretaria general del partido (a la que tanto temía seguramente la dirección del PP de Madrid). No es verosímil que se haya producido una verdadera rectificación por parte de Aguirre, ni que ande preocupada por el daño infligido al partido, ni que vaya a respaldar ninguna verdad que la pueda perjudicar. Un partido como el PP no puede consentir que la iniciativa y los tiempos políticos de la oposición los marque quien, jugando a la contra, sólo parece moverse por interés propio una y otra vez. No hay tiempo que perder, si el PP quiere afrontar con éxito alguna elección, y Aguirre no tiene ninguna prisa, cerrará en falso la comisión y volverá "sus conclusiones" contra Génova y Rajoy, como ya intentó hacerlo la semana pasada.
Falta de crédito en la economía. Falta de crédito en el presidente y en el partido del gobierno. Falta de crédito en la oposición. El panorama es sombrío. Pero fuera pesimismos. Siempre queda el deporte para levantarnos la moral. Y nos lo tiene prometido Zapatero. En la próxima crisis de gobierno, se prescinde de Solbes y se crea un ministerio del deporte. No es mala idea. Puestos a seguir apostando por la política propaganda, convirtamos al menos en cualidades públicas las virtudes de un jugador singular como Nadal, que ayer volvió a deleitarnos. Coraje, pundonor, capacidad de superación, entrega, caballerosidad, cumplimiento estricto de las reglas. No es nada para la política que corre.

1 comentario:

  1. El gobierno ha dado a la banca la pasta por falta de liquidez, para que esta la distribuya según los cánones el negocio bancario. Pero la banca tiene que devolver al Estado estos préstamos porque no ha sido un regalo. Se entiende la cautela de la banca; ¿por qué voy a prestar a alguien que seguramente no me devolverá un dinero que no es mío? Ahí está la clave. El dinero para las pymes y empresas debería ser gestoniado por el ICO

    ResponderEliminar