viernes, 20 de noviembre de 2009

Confusión total


Por fin, después de casi 50 días, la tripulación del atunero español "Alakrana" ha sido liberada por los piratas somalíes. Los marineros están sanos y salvos, que es lo que todos queríamos, por lo que no hay mucho más que hablar, dice el gobierno, que sigue estando confuso después de todo lo que ha pasado.

Lo que ha quedado claro es el pacifismo ramplón de Zapatero y su ministra de defensa, que se rasgan las vestiduras ante quienes solicitan la presencia de militares profesionales, y no simples mercenarios, en los buques españoles para protegerlos de los piratas.

El Ejército no está para velar por las actividades económicas del sector privado, dicen, para eso existe la seguridad privada. Pero el Estado si está para apoyar al sector automovislístico, por ejemplo, con ayudas directas. O para abrir y cerrar zanjas, a través de los ayuntamientos, para dar trabajo a los parados. Ahora va resultar que el ejército no tiene nada que ver con el Estado. Vaya confusión mental.

La opinión pública también está confundida y no sabe si se le ha dicho la verdad. El Gobierno dijo que sabía perfectamente donde estaban los tres tripulantes que fueron llevados a tierra por los piratas para introducir presión en la negociación. Ahora se ha sabido que no llegaron a abandonar el buque. Luego, el gobierno no sabía lo que decía.

También se ha dicho que la armada española disparó a los piratas después que éstos abandonaran el atunero, pero que no les dieron y que no pudieron evitar que se escaparan. Menudo papelón el que ha reservado el Gobierno al ejércto español. El patrón del Alakrana ha aclarado algunas cosas, en medio de tanta confusión. Ha dicho que no sabe si se ha pagado rescate (luego, se ha pagado, qué remedio). Ha dicho también que no sabe si se disparó a los piratas (luego, no hubo verdaderos disparos, la cosa no iba en serio, y no se hizo nada por intentar recuperar el rescate).

La confusión es total. Lo de menos ya es quien ordenó traer a España a los dos piratas detenidos en los momentos iniciales del secuestro, y el lío montado dentro del gobierno: De la Vega y Chacón, ellas sí, en pleno combate, ajustando viejas cuentas personales. Lo que no ha impedido que el gobierno haya hecho lo que tenía que hacer, y que haya obrado en todo momento dentro de la legalidad.

¿Ordenan las leyes pagar rescate o ceder al chantaje de grupos violentos, como sin duda son los piratas? No tan rápido, porque primero hay que discutir si forman o no "asociación ilícita". Y comprender que la piratería somalí es fruto de la ausencia de Estado y de cualquier otro tipo de instituciones en Somalia. Ya sólo falta decir que el pago del rescate es una ayuda al desarrollo (de las muchas que prodiga el gobierno español, aun en tiempos de crisis), aunque no esté dentro de los planes de los piratas reinvertir en el país.

Los piratas han hecho el negocio del siglo, y España el ridículo del año. Pedían inicialmente dos millones de dólares y al final se han llevado cuatro. Traer a España a los dos piratas ha salido por un pastón. A uno de ellos se le ha ocurrido decir que quiere comprar una mujer española y quedarse a vivir en España. No le va a dar para Pilar Rubio (visto lo que ha pagado Telecinco para hacerse con los servicios de la conocida presentadora), pero todo sea por la Alianza de Civilizaciones, siempre que la ministra Aído lo consienta.

Ante este follón el simplismo del Gobierno no admite dudas. O se está conmigo o contra mí. De nada ha servido a Rajoy su prudencia en los momentos delicados del secuestro (reconocida por Zapatero en el momento de anunciar la buena nueva de la liberación). Un día después hemos sabido que el PP estaba con los piratas. Hay que ver lo que da de sí la trama Gürtel.

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