jueves, 8 de abril de 2010

No corre prisa, pero es urgente

Cuentan de Antonio Fontán, recientemente fallecido, que ya en los tiempos que mandaba en el Diario de Madrid, solía decir a quienes colaboraban con él cuando la ocasión lo requería: "no corre prisa, pero es urgente". La ocasión lo requiere en el Partido Popular tras el nuevo levantamiento del secreto del sumario Gürtel. Rajoy ha calificado la situación de complicada y delicada, o así se lo ha hecho saber a Bárcenas y el ex tesorero del PP ha pedido la baja en el partido y esperemos que abandone todas sus funciones en el PP y todos los cargos que ocupa gracias al PP, el de senador incluido.

Quienes reprochaban a Rajoy silencio, inacción y complicidad con los corruptos deberán callar al menos un minuto. Importa menos la presión del adversario ideológico o político que la realidad derivada del propio proceso judicial. La decisión política ante el caso Bárcenas no podía demorarse. "No corre prisa": la agenda no la marcan los demás sino uno mismo; "pero es urgente", hay que responder sin dilación, sobre todo cuando llega la hora de afrontar y asumir la propia responsabilidad política, cada uno la suya dentro de la organización.

No es mala máxima de gobierno. Bien haría Esperanza Aguirre, que tanto presume de liberal, y hasta de discípula de aquél gran liberal que fue don Antonio Fontán, en aplicarse el cuento. Sorprende ciertamente que lo único que haya dicho tras la lectura de los 50.000 folios desvelados del sumario (si es que alguien del PP de Madrid se los ha leído) es que ella ha sido quien destapó la trama Gürtel al negarse a un trapicheo con una parcela en Majahonda, cuando en esos folios se contabilizan más de 350 contratos anómalos efectuados por su gobierno con la trama Correa y se confirman las sospechas sobre la financiación irregular de algunos actos de su campaña electoral a través de una fundación ad hoc.

La valiente gobernanta de Madrid al parecer no tiene más que decir. Bueno sí, mira para el otro lado, y se atreve a mentar otros nombres responsables, que si el anterior presidente del partido en la comunidad,  o incluso hasta otros delitos que no figuran en el sumario y que no constan documentalmente, pero que implicarían a su adversario político (dentro del PP, por supuesto, Gallardón, por supuesto). Esto es lo que se llama responsabilidad institucional y política. Si don Antonio -a quien tanto debe toda la hornada de Aznar- levantara la cabeza...

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