miércoles, 24 de febrero de 2010

El pan nuestro de cada día

En la red el tráfico es denso. No es fácil abstraerse del ruido y concentrarse en la propia actividad. Son muchas las tentaciones de levantarse del propio escritorio y asomarse a la ventana, como cuando éramos estudiantes. Cuando la ventana es tu propia mesa, la cosa se complica. Es el problema de trabajar con ordenador, que como te descuides todo el mundo se mete sin permiso en tus papeles, y te los revuelven. Así, cuando vas a buscar una cosa, encuentras otra, o te llevas pequeñas sorpresas. Como ésta de ayer, que copio:
¿Vas a tener relaciones sexuales? El Gobierno te facilita los preservativos.
¿Ya las tuviste? El Gobierno te ofrece la píldora del día después.
¿Te has quedado embarazada?... El Gobierno garantiza el aborto.
¿Pero tuviste el niño? El Gobierno te regala el cheque bebé.
¿Estás desempleado? El Gobierno te paga el paro.
¿Eres vago y no te gusta trabajar? El Gobierno te concede una "paguina", becas para tus hijos y una vivienda social en la que no pagarás los servicios básicos (agua, luz, basura,...)
¿Eres drogadicto? El Gobierno te proporciona Metadona.
¿Eres un chorizo? El Gobierno vela por tu integración social, con inversiones en proyectos sociales.
¿Después de mucho dinero gastado en tí, tu sigues jorobando a la sociedad y vas a la cárcel? El Gobierno te mantiene mientras estés dentro y te facilita el paro para que cuando salgas no tengas que buscar trabajo y puedas seguir robando.
Ahora.... prueba a estudiar, trabajar, producir... ¡A ver qué ocurre!
¡¡¡El gobierno te sube los impuestos para pagar todo lo anterior!!!
No he podido evitar la sonrisa, pero algo enseguida ha reclamado mi atención. El ruido de la calle subía por la ventana (presuntamente) verdadera. Era la manifestación de los sindicatos que, nadando y guardando la ropa, protestan por primera vez contra el gobierno de Zapatero por la intención del gabinete socialista de alargar la edad de jubilación hasta los 67 años. Sí, es lo que había echado en falta al leer el mensaje que me había entrado en el correo electrónico. En la misma lógica.

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