El aborto no es una cuestión retórica ni simplemente ideológica, sino un drama personal y social, capaz de provocar una crisis política, como se ha visto esta semana. El asunto, tal y como se ha desarrollado en España en los últimos cinco años, resulta paradójico. El PSOE se empeñó en reformar la ley del aborto, sin que ello figurara en su programa electoral, pasando de la ‘despenalización’ del aborto en determinados supuestos a su reconocimiento como ‘derecho’ en una ley de plazos. El PP, que sí llevaba ese punto en su programa de 2011, ha renunciado finalmente a su proyecto de reforma de la ley Aído. El PSOE de Zapatero levantó la bandera de la liberación de la mujer invocando el ‘derecho a decidir’ sobre su propio cuerpo; la Conferencia episcopal no tuvo entonces mejor ocurrencia que apelar al lince ibérico en peligro de extinción; y el PP no sabe ahora qué decir a sus propios votantes. Es toda una muestra de un debate cerrado en falso.
Porque más que debate, ha habido cálculo, ideológico y electoral sobre todo. Lo tuvo el PSOE, pensando en las elecciones europeas y generales, y lo tiene el PP con la mirada puesta en las inmediatas municipales. No hay interés por debatir, ni desde el punto de vista sociológico, ni científico, ni moral la cuestión del aborto, aunque menudeen los planteamientos demagógicos, simplistas o frívolos. El aborto no es lo que permite disfrutar de la sexualidad de forma segura, ni puede convertirse en un método anticonceptivo más. La clave no está en que ninguna mujer que aborte tenga que ir a la cárcel, o deba ser torturada a costa de una política integrista o conservadora sobre la materia. Por lo mismo, cabría preguntarse cómo en nombre de la igualdad se puede prescindir de los débiles y los más desprotegidos, que en este caso son evidentemente los no nacidos y las mujeres que quisieran verse no forzadas a abortar. Se impone menos ideología y más antropología.
El gobierno se ha adelantado a decir que revisará lo concerniente a que una menor de 16 años pueda abortar al margen de los padres. Pero no es lo único que ha suscitado dudas o rechazo de la actual ley. Convertir el aborto en un “derecho fundamental”, como hace el preámbulo, contraviene toda la tradición jurídico-política occidental de los derechos y libertades, de la que supuestamente un partido liberal es garante. El ejercicio de un derecho es siempre una realidad gozosa, lo que en ningún caso se da en el aborto. Difícilmente se puede entender la permisividad hacia el aborto como un triunfo de la libertad. El aborto es siempre un acto cruel. Trasladar al aborto el lenguaje de los derechos supone banalizar tanto la vida del no nacido –ni cosa, ni bicho, sino vida humana– como el duelo de la conciencia, por mucho que esa doble presencia incomode al feminismo radical.
La regeneración política y democrática, de la que todos hablan, debe responder a una política de principios y de valores, no a razones de conveniencia. En ese sentido, la dimisión del ministro Gallardón es ejemplar. El Gobierno de Rajoy ha presentado la retirada de la reforma del aborto como un acto de concordia en busca del necesario consenso. Un consenso que en ningún momento buscó ni importó al anterior gobierno socialista, y al que tampoco parece dispuesto la actual oposición cuando, lejos de contentarse con el paso atrás dado por el PP, insiste en que no se toque ni una coma de la norma actual y en la retirada también del recurso pendiente ante el Tribunal Constitucional. Desde ese complejo de superioridad moral de la izquierda, no menos intolerante y avasallador que el supuesto dogmatismo católico que todavía anida en la derecha española, es ciertamente complicado fabricar un consenso.
La pelota está en el tejado del alto tribunal, a no ser que el PP decida también retirar ese recurso, haciendo buena la ley no escrita según la cual la izquierda puede revocar sin complejos cualquier ley promovida por un gobierno anterior, y el centro-derecha no. El aborto no puede reducirse a una simple prestación sanitaria más. Ha de ser posible el diálogo y llegar con realismo político a un terreno común que favorezca la reducción de abortos y la regulación de la objeción de conciencia. Es necesario pararse verdaderamente a pensar en la realidad y en las consecuencias del aborto, conscientes de la gravedad de la materia. La que llevó sin éxito a un socialista como Rodríguez Ibarra a reclamar, en la anterior legislatura, un auténtico debate sobre la cuestión en los órganos internos de su partido antes de tramitar la reforma de la ley, y que se sometiese luego a referéndum. Se puede retomar la idea, ahora que a todos gusta convocarlos.
Publicado en Diario de Navarra, 30 de septiembre de 2014
"Son ustedes de lo mejor que Me queda hijos, guárdense en Mis Llagas y Yo les protegeré de lo que se avecina que es mucho y muy malo".
ResponderEliminarMensaje del Santo Cristo Resucitado de a hoy siete de octubre 2020, transmitido por el Arcángel Elohim San Miguel "Mucho gusto en protegerles también hagan mi llamado recen "Quién como Dios nadie como Dios" díganlo tres veces y les socorreré en medio de la gran Purificación y Apostasía actual del clero como nunca antes se vio en toda la historia de la humanidad y de la que no se saldrá ni rápido ni mucho menos fácilmente por haber habido ya a fecha actual muchos millones de abortos y apenas arrepentimientos de ellos sino que desean los gobiernos corruptos y gobernantes endebles y fantasiosos adelantar la edad vejatoria de abortos a niños y a niñas a tan sólo 13 añitos. Esto es lágrimas de la Virgen de la Sallete que aún actualmente sigue llorando por lo inevitable del sufrimiento que ya llega a la humanidad.
-"Y ustedes no lo advierten Mis hijos amados y Yo lloro lágrimas de Sangre como lloré a los pies de la Santa Crucifixión de Mi Hijo Amado Adonai de Dios Padre que lo negará Resucitado el actual papa idólatra de la Roma vigente diciendo que es él mismo y no Mi Hijo Amado"-. Fdo. Virgen de la Sallete antes en Francia ahora en España -"porque nadie se toma en serio Mi llamado a la conversión y menos los falsos apóstoles de pedofilia colocados ya en Roma dispuestos a salir ya a todas partes diciendo que "el pecado del aborto no es malo, luego aborten" y "es bueno la penetración anal incluso a menores de edad para fortalecerles de cara al matrimonio con gente mayor de edad y eso no es pecado -dirán- y por ende tampoco delito legal de pedofilia que es lo que es en sí y lo negarán, ¿lo harán y lo negarán como hacían antes? ya no ahora será a la vista del mundo entero y lo defenderán bajo consigna de ecumenismo falso y hereje del actual vaticano romano". Amén Firma y ratifica Virgen Santísima de la Sallete a ustedes en la fecha indicada previamente.
Añade la Virgen María -"Si son capaces de negarme a Mí cuando Me aparezco ¿qué no les dirán a ustedes, harán, etc.? Amén.
Fdo. Elohim San Gabriel Arcángel
"Es el fin del mundo, de la humanidad, y no se lo quieren contar a ustedes aunque ellos desde el nunca enteramente transmitido Tercer Secreto de Fátima ya lo saben desde décadas vista, y ustedes más y más pecadores cada vez. No sé si lo notan pero el pecado sobreabunda como nunca antes se dio".
Amén Amén Amén.