miércoles, 4 de diciembre de 2019

Democracia consciente


Desde 2008 se registra un cambio de clima político. ¿Estamos abocados a la post-democracia, a una agónica degeneración de la democracia representativa? El nacional populismo revela una crisis de confianza ante el futuro, la fuerza de un presentismo dramático: el aquí y ahora, el nosotros primero, donde se abre paso la posverdad, capaz hoy de fabricar no ya un mito, una mentira, una ficción, sino una nueva voluntad general al margen del contrato social. La consolidación de hiperlíderes vueltos sobre sí mismos, incapaces en la práctica de entender un poder condicionado o limitado, y que reducen la política al simple juego performativo y cortoplacista, puede acabar consagrando paradójicamente la ‘soberanía del algoritmo’ como nueva fuente de autoridad. 

Promover el desarrollo de la conciencia humana es fundamental para el renacimiento democrático. Hemos de ir hacia democracias más conscientes y resilientes. La libertad es autolimitación consciente. También apertura compasiva al sufrimiento que nos reclama desde las entrañas de la tierra. Necesitamos líderes y gobiernos más reflexivos y virtuosos, capaces de conjugar la libertad de uno con la del otro próximo y lejano, donde entran también los derechos de las generaciones futuras. Hemos de conseguir implicar a la juventud en la defensa de la democracia como lo está en la causa del planeta. También en Navarra.

Publicado en Diario de Navarra, 3 de diciembre de 2019
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