Debe ser el el efecto del regreso de vacaciones, que uno está más fuerte y ha engordado, pero la sensación que transmite el pobre Zapatero, que no ha podido disfrutar de ellas, es de extrema debilidad. Seguramente no es así, pero eso da lo mismo mientras los demás lo crean y actúen como si así fuera, no sólo pensando en Zapatero, sino en la nación que gobierna, España.
A Franco, cuando estaba en las últimas, Marruecos le organizó la marcha verde sobre el Sahara. Ahora que a Zapatero no le ven bien, dan alas a sus activistss sobre Ceuta y Melilla, y se lían a palos contra los nuestros que defienden los derechos de los saharauis. El gobierno de España, el de Zapatero, se limita a decir que no pasa nada o a dar la razón al gobierno de Marruecos.
No sé si es entreguismo, pero es lo que parece ante la audiencia. La marcha sobre Zapatero, antes de que se marche él, también se está organizando dentro de nuestras fronteras, como se está comprobando a propósito de la negociación de los Presupuestos. Zapatero no está dispuesto a marcharse ni a adelantar unas elecciones que pudieran acelerar su marcha, pero está dispuesto a que los nacionalistas marchen sobre él y sobre los intereses de España.
¿Por qué no se va a aplicar ahora el artículo 150.2 de la Constitución -la cesión de competencias exclusivas del Estado- por concesión a los nacionalistas vascos, aunque eso pudiera romper la caja única de la Seguridad Social y debilitar el pacto PSE-PP en el País Vasco, si con ello Zapatero se asegura los votos del PNV en el Parlamento y salva la cara? Veremos si es entreguismo, pero lo sigue pareciendo.
Los nacionalistas dijeron o dieron a entender hace meses que no apoyarían estos Presupuestos, los que se suponen decisivos para la salida de la crisis y sobre los que va a poner sus ojos Europa. Pero como no hay dinero para pagar los favores, la situación es más peligrosa. El precio a pagar es directamente político, retumbe el condado de Treviño o la reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.
La marcha sobre Zapatero es una marcha sobre España. El PP lo sabe, pero a veces parece divertirse con ello, porque también juega a explotar la debilidad del Presidente y organiza su particular marcha sobre él. No estaría de más, si realmente es consciente de la gravedad de la situación que predica, que al menos se ofreciera a negociar las cuentas públicas con el PSOE, antes de seguir contemplando este drama agónico y tristemente inevitable.